La
propuesta educativa que presentamos aborda
el aprendizaje de conductas,
actitudes e interaciones sociales
que se enmarca en el
ÁREA DE DESARROLLO SOCIAL
del individuo.
Nuestro
objetivo es exponer brevemente los principios, objetivos
y contenidos educativos
respecto a este área y dar orientaciones sobre
cómo establecer normas, límites y
prevenir conflictos, con el fín de generar una relación
entre el voluntario/a y el niño/a basada en el respeto y la
confianza mutua, que le aporte al menor experiencias positivas para
una mejor integración en su ámbito escolar.
Porque
somos conscientes que la relación en sí
es un valiosísimo instrumento, una estrategia para que los
chavales se motiven y se pongan las pilas no solo para estudiar sino
para reflexionar sobre sus actitudes, conductas, creencias de sus
posibilidades, se atrevan a practicar otras formas de estar, de
comprometerse con su propio aprendizaje, etc.
Y
es ahí, donde la figura de la persona voluntaria es
clave porque de forma
explícita tiene muchas
oportunidades para potenciar en los niños/as valores que favorezcan
la sociabilidad y la autonomía personal.
Y de forma implícita
ya se sabe que es un
modelo porque ejerce
un aprendizaje vicario,
no se trata de que el niño o niña “copie” las opiniones de su
voluntario o voluntaria sino que a través de la observación éstos
puedan
conocer otras perspectivas o
formas de mirar
= analizar situaciones, sacar conclusiones, practicar el autocontrol,
gestionar emociones
o simplemente estar.
Para educar
socialmente a los niños, niñas y adolescentes nos apoyamos en los
principios de igualdad, tolerancia, respeto mutuo y no violencia
encaminados a que ejerzan
la ciudadanía democrática y contribuyan
a la convivencia pacífica.
Estos principios están recogidos
en los principales derechos y responsabilidades
que se derivan de la Convención de los
Derechos de la Infancia y de La
Constitución Española.
¿CUÁLES SON LOS OBJETIVOS?
O
dicho
de otro modo, hacia dónde deberían dirigirse
las
actuaciones
no académicas
en
las
sesiones de
refuerzo,
el
primer objetivo pretende
que el niño o
niña
progrese
en su
autonomía
personal,
en
la construcción de su autoestima y supere un concepto de sí mismo
limitante.
Relacionados
con este objetivo se podrán trabajar los siguientes contenidos:
la responsabilidad, la perseverancia, la autocrítica, el control
emocional, la capacidad de elegir, de calcular riesgos y de afrontar
los problemas, la capacidad de demorar la necesidad de satisfacción
inmediata, de aprender de los errores, proponerse objetivos,
planificar y llevar a cabo proyectos personales.
En
esta ocasión profundizarenos en el
segundo
objetivo
que
plantea
la
adquisición de habilidades sociales,
conociendo
y aprendiendo
los valores y normas de convivencia y aprendiendo
a obrar de acuerdo con ellas.
Respecto
a este
objetivo los
contenidos
para trabajar son:
las
habilidades comunicativas y sociales, los
valores y normas de
convivencia, las
actitudes
sociales
constructivas y contrarias a la violencia, los estereotipos y
prejuicios.
Las
implicaciones
educativas generales
son
las siguientes:
- Basar las actuaciones en función de los principios antes comentados. Habrá que enseñar a los chavales cuáles son y cómo se relacionan con las normas que se establecen.
- Teniendo en cuenta el encuadre del refuerzo escolar (limitación de tiempo, prioridad de trabajar las materias escolares, atención individualizada, etc.) se trabajarán a lo largo del curso aquellos contenidos que se consideren más necesarios para cada niño o niña.
- Las actividades que se propongan serán participativas, estimularando el diálogo y la reflexión, abordarán los contenidos en cuanto a conocimientos, actidudes y procedimientos, y se adecuarán a las capacidades y al nivel evolutivo de los niños y niñas.
- El recorrido propuesto para trabajar los contenidos va de lo individual a lo social. Primero, se parte de lo personal y del entorno más próximo: la identidad, las emociones, la autonomía personal, los derechos y responsabilidades individuales, la igualdad de derechos y las diferencias entre las personas. De la identidad y las relaciones personales se pasa a la convivencia, la participación, la vida en común en los grupos próximos. Finalmente, se profundiza en la convivencia social en cuanto a los derechos y las responsabilidades colectivas que establece la Convención de los Derechos de la Infancia y la Constitución.
ESTABLECER
LÍMITES
Son
como un muro o barrera ante la cual el niño se tiene que detener,
que le indica hasta dónde puede llegar. Es una forma de decirle:
“hasta aquí”.
Poner
normas y marcar límites a los niños es muy necesario
porque:
- Dan seguridad y protección: Si el niño es más fuerte que los adultos, no se podrá sentir protegido por ellos.
- Permite predecir las reacción de la persona voluntaria ante determinadas situaciones y comportamientos.
- Ayudan al niño a tener claros determinados criterios sobre las cosas. Son una referencia.
- Enseñan al niño a saber renunciar a sus deseos, y ello le prepara para situaciones similares que la vida le deparará.
- Les ayuda a portarse bien, a ser mejor persona, y por tanto a mejorar su autoestima.
Por
límites en la clase de refuerzo se entienden como una línea
imaginaria que separa las conductas aceptables de las no aceptables.
Se
deben establecer de forma inequívoca en las primeras sesiones del
refuerzo y se mantendrán durante el curso. Los límites
se asientan durante las primeras tres o cuatro semanas mediante un
proceso implícito de negociación de límites que comprende
dos vías de actuación: mientras la persona voluntaria intenta
marcar límites estableciendo normas y aplicándolas, algunos menores
ensayan conductas de tanteo e incumplimiento de normas, con el fin de
desplazar los límites hacia sus preferencias y necesidades.
Los
resultados de dicha negociación implícita (más bien, forcejeo)
determinan de forma bastante sólida los límites que van a imperar
en la clase durante el curso. Conviene que la persona voluntaria
evite el deslizamiento de los límites y se esfuerce en
mantenerlos lo más estables posible.
Los
límites, por lo tanto, deben estar claros, esto supone evitar las
ambigüedades e incoherencias que se producen cuando la persona
voluntaria permite una determinada conducta en algunas ocasiones y la
prohíbe en otras.
ESTABLECER
NORMAS EFECTIVAS DE CONVIVENCIA
Las
normas explícitas
son
las que están redactadas por escrito y supuestamente regulan la
convivencia. Son como las que vamos a trabajar en nuestro proyecto.
Su efectividad depende, entre otros, de los siguientes requisitos:
– Han
de ser pocas. Deben regular sólo aquellos comportamientos que
afectan significativamente a la convivencia, ya que un número
excesivo de normas crearía un ambiente demasiado rígido.
– Han
de estar claras. No deben dejar lugar a dudas sobre lo que
pretenden.
–
Deben estar formuladas en
positivo. Mejor indicar lo que se debe hacer que prohibir lo que
no se debe hacer.
–
Tienen que ser cumplidas.
Cualquier norma que se establezca tiene que seguirse a toda costa, ya
que si una norma explícita se incumple sistemáticamente, se
convierte en otra de signo contrario.
–
Flexibles. Deben
modificarse cuando no cumplan la función para la que se han
formulado.
-Deben
centrarse en la conducta: En vez de decir “no molestes a tu
hermano”, deberíamos decir: “no le quites sus cuadernos a tu
hermano”.
-Deben
reforzarse constantemente y de manera consistente.
A
título de ejemplo, se proponen unas normas básicas que pueden
servir para regular la práctica totalidad de las situaciones
habituales en la clase de refuerzo y cuyo cumplimiento podría bastar
para conseguir un buen clima en el aula:
- El menor ha de asistir a clase puntualmente, con el material, y
trabajar sin molestar a los
demás.
Consecuencias del incumplimiento:
...
Consecuencias del incumplimiento
reiterado: …
2.
Respeta (a las personas y las cosas) para que te respeten (a tí y
tus cosas).
Consecuencias del incumplimiento:
...
Consecuencias del incumplimiento
reiterado: …
*
Un modo de establecer normas de forma progresiva es el siguiente:
1.
La persona voluntaria explica las razones por las que es necesario
establecer normas para las rutinas negativas:
«Es
probable que este problema se vuelva a presentar a menudo durante el
curso, por lo que hay que encontrar una solución, aceptada por
todos, para evitar que vuelva a ocurrir.»
2.
Se establece una norma que regule la rutina negativa por consenso,
tras un diálogo entre el menor y la persona voluntaria, o mediante
una propuesta de la persona voluntaria con consulta al menor.
3.
Mediante una lluvia de ideas, se acuerda una consecuencia del
incumplimiento de la norma, así como de su reiteración. Se anota en
la pizarra o folio, la norma aprobada, y el menor/es van proponiendo
una consecuencia del incumplimiento. Finalmente, se selecciona la que
se considera más adecuada.
4.
Cuando vuelve a aparecer la rutina perturbadora, se aplica
automáticamente la consecuencia establecida, sin explicaciones
innecesarias, mediante algún gesto que indique al menor que tiene
que asumir la consecuencia decidida de antemano.
ENTRENAMIENTO
EN RECIPROCIDAD: EL RESPETO MUTUO
Dentro
de las relaciones de reciprocidad, el respeto mutuo es la
dimensión fundamental para construir una relación de convivencia
positiva y democrática. Que la persona voluntaria respete al
niño en sus facetas personal y académica, al tiempo que exige
respeto a los derechos propios y a otros menores si los hay, favorece
las relaciones sociales responsables.
Fernández
(1998) resume en una frase la filosofía de la reciprocidad:
«No
hagas conmigo lo que no desees que yo haga contigo.»
De
esta idea central se pueden desgranar otras alusivas a cada situación
concreta:
«No
me hables como no quieres que yo te hable.»
«No
me trates como no quieres que yo te trate.»
«Sé
correcto conmigo y yo lo seré contigo.»
«Respétame
si quieres que yo te respete.»
«Atiéndeme
si quieres que yo te atienda.»
Pero
la reciprocidad y el respeto mutuo no aparecen espontáneamente, sino
que deben ser aprendidos y practicados diariamente hasta acabar
convirtiéndose en un estilo de actuación en las relaciones
interpersonales persona voluntaria-menor. Es de utilidad para
establecer relaciones de reciprocidad hacer esporádicamente a los
menores que muestran actitudes irrespetuosas con la persona
voluntaria (o con sus compañeros) preguntas como las siguientes:
–
«¿Cómo quieres que te trate?»
–
«¿Cómo crees que me estás
tratando?»
–
«¿Sabes cómo me gustaría que
me tratases?»
–
«¿Me estás respetando como yo
a ti?»
LOS
COMPROMISOS: LA FUERZA DE VOLUNTAD
Los
problemas de conducta suelen ir acompañados por la falta de voluntad
del menor para asumir retos, plantearse propósitos y cumplirlos.
La
fuerza de voluntad aparece como la capacidad de controlar las fuerzas
necesarias para decidirse a realizar una conducta y llevarla a cabo,
o bien para resistirse a realizar un comportamiento que se considere
inadecuado. Esta facultad de inhibición en los menores con
dificultades de rendimiento o conducta suele estar bastante mermada,
pero puede ser ejercitada mediante la propuesta de compromisos:
Compromiso
verbal: pedir soluciones
Los
menores problemáticos pueden aceptar mal las medidas impuestas por
la persona voluntaria, pues suelen exacerbar a menudo su rebeldía y
provocar resentimiento. Un modo de superar esta resistencia a las
imposiciones consiste en pedir al niño una solución… y exigirle
que la cumpla, habiendo dejado claro que la situación anómala no
puede continuar y que es innegociable el cambio de actitud.
«¿Qué
propones?», «¿qué podemos hacer?», «¿a qué te
comprometes?»...
Compromiso
público
Hay
ocasiones en que los compromisos privados entre la persona voluntaria
y el menor tienen poco efecto, bien por la ausencia de empatía entre
ambos, bien por la poca capacidad de influencia de la persona
voluntaria sobre el menor.
Conviene
entonces implicar a otras prsonas en la búsqueda de soluciones. La
persona voluntaria puede sugerir al menor la posibilidad de dirigirse
a la familia y explicar públicamente el compromiso que asume. El
niño pide entonces a la familia que, en caso de incumplimiento, le
recuerden el compromiso asumido y la obligatoriedad de llevarlo a
cabo.
Autoinstrucciones
del menor (marcarse un propósito)
La
persona voluntaria sugiere al menor la posibilidad de cambiar una
conducta inadecuada de forma autónoma, como alternativa a la
aplicación de posibles sanciones. El menor se marca un propósito,
lo comunica a la persona voluntaria y le pide que controle si lo
lleva a cabo, estableciendo las consecuencias del incumplimiento (y
si no…), así como las de su cumplimiento (y si sí...). Si el
menor consigue realizar el propósito marcado, se puede aprovechar el
efecto motivador para sugerirle que se marque otro objetivo algo más
ambicioso y entre así en una dinámica de ejercicio de su fuerza de
voluntad. Si no cumple el propósito, se puede dar una segunda
oportunidad (si el menor está decidido a volver a intentarlo) o bien
rebajar el propósito para hacerlo más accesible. Si se ve
claramente que el niño no está dispuesto a efectuar el propósito,
se aplica la consecuencia acordada.
•
Conducta objeto del propósito o
contrato.
•
Duración del propósito o
contrato.
•
Consecuencias del incumplimiento.
CONCLUSIONES:
- Tener en cuenta que para interiorizar las normas y reglas es tan importante lo que se transmiten verbalmente como lo que transmitamos con nuestro comportamiento y actitud. Es decir, somos modelos que ejercen influencia en los niños y niñas.
- Decir qué se quiere conseguir.
- Establecer las reglas y los límites claramente.
- Tratar las consecuencias de las conductas y reflexionar junto al menor sobre el tema.
- Dar más importancia a los comportamientos positivos que a los negativos, ofreciendo opciones de mejora. Normas y consecuencias estables y previsibles.
- No hacer advertencias que no se cumplan; es contraproducente y perdemos credibilidad ante ellos.
- Las consecuencias de las conductas no adecuadas deben ser proporcionadas, lógicas y relacionadas con la regla que se ha vulnerado, dando la oportunidad de corregir la falta.
- Solicitar el cambio de conducta sin caer en la descalificación personal.
- Las conductas disruptivas pueden ser utilizadas para llamar la atención, no hacer continuas referencias a ellas.
- Centrar las demandas del cambio de conducta en el comportamiento y no en la persona.
- La persona voluntaria tiene el rol de ser el responsable de la sesión de refuerzo, por consiguiente, ostenta la autoridad en las sesiones, se encargará de establecer las normas, con la colaboración del niño, mantener su cumplimiento e intervendrá poniendo límites cuando la conducta del menor lo requiera.
BIBLIOGRAFÍA:
Vaello
Orts, Juan (2003): Resolución de conflictos en el aula. Santillana
Díaz-Aguado,
Mª José (2004): Prevención de la violencia y la lucha contra la
exclusión desde la adolescencia. INJUVE
PROPUESTA
DE ACTIVIDAD
Para
poner en práctica la información anterior, os sugerimos que
volváis a elaborar el compromiso que firmaron al principio del
refuerzo en el Dossier para la Acción Voluntaria. Os enviamos
el modelo, podéis suprimir alguna norma que no sea relevante con
vuestro niño o niña ahora y añadir otra/s que consideréis
necesaria. Recordar que se tienen que cumplir por lo que conviene que
sean realistas y que se llegue a un acuerdo consensuado, en caso de
desacuerdo prevalecerá la propuesta de la persona voluntaria.
El
modelo que os proponemos abajo es para que lo utilicéis como guía.
Vosotros junto al chico/a tenéis que escribir vuestro propio
compromiso en los folios de atrás del dossier, una vez terminado se
firmará .
COMPROMISO
EDUCATIVO DEL PARTICIPANTE
Yo
(nombre del menor)
….................................................................................................
que
estoy estudiando en el centro educativo
…................................................................
y
he sido seleccionado para participar en el proyecto:
Refuerzo Escolar con Voluntariado.
ME
COMPROMETO A:
- Participar estudiando y prestando atención en las sesiones de refuerzo para mejorar mis conocimientos y habilidades.
Consecuencias
del incumplimiento:
Consecuencias
del incumplimiento reiterado:
- Llegar puntual.Consecuencias del incumplimiento:Consecuencias del incumplimiento reiterado:
- Tratar con respeto a la persona voluntaria que me da el refuerzo.Consecuencias del incumplimiento:Consecuencias del incumplimiento reiterado:
- Si estoy en grupo, respetaré a mis compañeros/as.Consecuencias del incumplimiento:Consecuencias del incumplimiento reiterado:
- Informar a la persona voluntaria que me va a apoyar de lo que realizo en el colegio o instituto.Consecuencias del incumplimiento:Consecuencias del incumplimiento reiterado:
- nuevo
En
Murcia, a...........de......................... de 201...
FIRMA
DEL PARTICIPANTE:
FIRMA
DE LA PERSONA VOLUNTARIA:
FIRMA
DEL
PADRE/MADRE/TUTOR:
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