Testimonio comunicado en el Acto de Clausura.
Curso 2015 - 2016
- DISCURSO VOLUNTARIAS
Buenos días a todos y todas, me presento, mi nombre es Eva,
soy estudiante del grado de Educación
Primara, y sin mayor preámbulo os voy a contar mi perspectiva acerca de esta
bonita e intensa experiencia.
Todo empezó a finales del mes de Noviembre del pasado año,
cuando me citaron para conocer y ponerle cara a una niña llamada Esperanza, con
ella comenzaría un programa de refuerzo escolar para intentar mejorar su
rendimiento académico, así como su entusiasmo y motivación por aprender. A esta
primera reunión fueron varios asistentes, entre ellos los padres de Esperanza,
así como su hermano Fernando, el cuál más adelante cobrará importancia en este
relato, la asistenta social de la familia e Inma, la antigua trabajadora social
que llevaba nuestro caso. En este primer encuentro tuvo lugar la primera toma
de contacto entre Esperanza y yo, así como la presentación y aclaración de en
qué iba a consistir las clases que comenzarían a partir del siguiente día. Salí
muy contenta e ilusionada de aquel encuentro, y con muchísimas ideas y
planteamientos metodológicos para llevar a cabo con Esperanza. En cambio,
cuando me presenté a lo que iba a ser mi primera clase con la niña, me
desilusioné al ver que ella no había asistido, y al igual que en esta ocasión,
han habido unas cuantas faltas sin avisar a lo largo de todo el voluntariado.
Pero esta desilusión duró poco tiempo, ya que pronto pudimos desarrollar
nuestra primera clase y retomar esta bonita y gratificante historia.
Debido a que la voluntaria que estaba con Fernando (el hermano de Esperanza), tuvo que dejar el
refuerzo, nuestras clases pasaron de ser Esperanza y Eva, a Esperanza, Fernando
y Eva, o el equipo EFE como me gusta denominarnos (por las iniciales de
nuestros respectivos nombres). Fue en la salida que hicimos a la catedral,
cuando por primera vez estuvimos los tres juntos, lo suficiente como para
comprobar que la incorporación de Fernando iba a hacer un voluntariado bastante
laborioso, ya que es un niño bastante inquieto y al que le gusta demasiado el
juego. Precisamente por esta razón y dado que representa mi filosofía sobre la
educación, a lo largo de todo el refuerzo escolar, mis clases con Esperanza y
Fernando han estado enfocadas al aprendizaje con diversión, a desarrollar juegos
lúdicos y actividades consistentes en despertar la motivación y el interés de
los niños por aprender.
Esperanza y Fernando casi nunca llevaban deberes a las
clases por motivos que yo desconocía, es por ello que concerté una reunión con
las tutoras de ambos, para que además me explicaran el rendimiento académico de
los niños así como sus mayores dificultades escolares para hacer hincapié en
ellas. Resultaba que los niños no llevaban nunca los deberes puesto que sus
tutoras habían acordado no mandarles más ya que solían perder los libros, las
fichas de trabajo y demás recursos, además casi nunca los traían hechos, debido
a que (entre otros factores influyentes) el interés de la familia por la
educación escolar de sus hijos era nula, y no existía ningún tipo de
seguimiento en la elaboración de aquellos deberes. Es por ello que nuestras
tardes se basaban en la realización de actividades lúdicas que mejoraran el
gran desfase curricular que tenía Fernando, así como reforzar las áreas en la
que Esperanza encontraba más dificultades, como eran la escritura y la lectura,
aún sonrío cada vez que recuerdo los bostezos inmediatos de Esperanza al minuto
de comenzar una lectura.
Las salidas realizadas, además de ser muy lúdicas y
dinámicas, nos han permitido entablar mayor confianza y conocernos en mayor
medida. Fue en la realización de la segunda salida a la filmoteca, cuando
conocí el entusiasmo y obsesión que Fernando sentía por las palomas, ya que
debido a su insistencia, tuvimos que salir a mitad de la película para ir a ver
las palomas que habían en la plaza de al lado, y que él había fichado antes de
entrar a la sala de cine.
Esta experiencia me ha permitido pasar de la teoría de todos
los conocimientos aprendidos a lo largo de la carrera, a la práctica, comprobar
el buen funcionamiento existente en otras alternativas educativas que no se
limitan a la rutinaria y aburrida realización de actividades y deberes sin más.
Ejemplos de estas actividades han sido “la jymkana”, la cual Esperanza adora, dónde
se refuerza el área de matemáticas así como el trabajo en equipo, o incluso la
lectura comprensiva acompañada de chocolate, ya que éste es una debilidad para
los niños que ha permitido relacionar la lectura como algo bastante positivo e
incluso dulce.
He de mencionar también que a lo largo del refuerzo, se han
ido alternando días más costosos en los que ha sido difícil desarrollar una
atmósfera agradable con días fantásticos en los que la disposición y entusiasmo
han salido a flote. Pero desde mi punto de vista, la educación es básicamente
eso, una alternancia entre días de todo tipo, aprender de lo negativo para
progresar hacia lo positivo.
Por otro lado, considero que si bien es importante apoyarles
en su desarrollo académico, es fundamental el apoyo personal y emocional, es
decir, trabajar con la educación emocional tan olvidada como imprescindible en
nuestro currículum oficial. En cada clase he intentado crear un ambiente de
confianza en el que los niños se sintieran cómodos para expresar tanto sus
preocupaciones como cualquier otro pensamiento o estado emotivo que les
apeteciera contar. Es necesario observar los estados de ánimo que traen a cada
clase los niños, para poder ofrecerles tu apoyo en caso de que lo necesiten,
deben ser conscientes de que pueden contar contigo. Siguiendo con el asunto de
la educación emocional, he de mencionar también lo trascendental que ha
supuesto trabajar con ellos el respeto y valoración mutua como hermanos que
son, para lograrlo recurrimos a la pronunciación del término “peluche” cada vez
que se dieran indicios de situaciones irrespetuosas o fases previas al
conflicto, de esta manera cuando alguno de los dos decía “peluche”, el otro era
consciente de que debía calmarse y respetar, además de otras técnicas de
valoración recíproca.
El progreso y la mejoría
existente en cada clase, ha sido obra del aporte de cada miembro del
equipo EFE, ya que juntos hemos
aprendido y progresado tanto a nivel académico, como personal. Aunque no
hayamos llegado a la meta final, estamos en camino, por ello debemos sentirnos
satisfechos por el progreso que hemos logrado.
No hay palabras
para transmitir el cariño y afecto que les he cogido a estas dos personitas,
las cuáles van a contar conmigo indudablemente en el próximo curso, pues por
encima del esfuerzo que ha supuesto, de las luchas, de las clases agotadoras,
de las faltas de asistencia sin avisar,… se superponen la cantidad
de sonrisas que hemos sacado a flote, la diversión, la unión como equipo, el
cariño, las historias y anécdotas compartidas en cada clase, la confianza, el
apego y la motivación por seguir avanzando.
Esta experiencia me ha llegado y llenado profundamente, me
ha permitido confirmar que haciendo las cosas con el corazón e ilusión, el esfuerzo
sale solo, sin necesidad de empujarlo. Ha permitido conocerme un poco más a mí
misma y comprobar que realmente me gusta la educación, y que es posible poner
en práctica otro tipo, alternativo al tradicional, que aprender y divertirse no
son conceptos antagónicos, me ha permitido afianzar que entre todos los ámbitos
educativos existentes con el que más disfruto y donde se encuentra en auge mi
vocación es aquel donde más lo necesitan. Por todo ello animo a todas las
personas que compartan estas mismas inquietudes a participar en este
voluntariado donde la educación no es unidireccional sino mutua, pues la
cantidad de aprendizajes que me llevo yo del equipo EFE no es diminuta
Para finalizar me gustaría agradecer al Servicio de
Voluntariado y al Ayuntamiento de Murcia la oportunidad que me han dado de
participar en esta actividad, una de las experiencias más bonitas e intensas de
toda mi vida. Espero que este programa continúe muchísimo tiempo y que cuente
con la mayor colaboración posible de la personas.
EVA GONZÁLEZ ORTIGOSA
Buenos
días. Nos hemos concentrado hoy para celebrar el final de un maravilloso curso.
Que no podría haber sido posible sin la coordinación del Servicio de
Voluntariado y la ayuda de todos los voluntarios que forman parte del proyecto,
así como los protagonistas de éste, los niños y niñas con los que hemos
compartido nuestro tiempo.
Creo
que hablo en nombre de todos si comienzo a describir mi experiencia con los
inevitables nervios del primer día, mezclándose con la ilusión y ansias por
conocer y comenzar a entablar una relación con el “pupilo”.
Mis
primeras clases fue con una niña,
Libertad o “La liber” para sus amigos y familia, que como era normal en
cualquier niño, a las cuatro de la tarde después de seis horas de colegio
estaba desganada, pero ese pequeño detalle lo pasé por alto insistiendo durante
nuestra hora y media en que se aplicase a los libros. Tras unas clases, entendí
que el refuerzo en los libros no era lo único que necesitaba, así que
comenzamos a hablar cuando estaba desganada.
Más
adelante empezamos a dejar los libros de lado y jugábamos, jugábamos a las
matemáticas, a leer y a hablar sobre moral, sobre ella, su cultura y su
familia.
Cuando
llegaron Abraham y Soraya al voluntariado, decidimos irnos al parque a
divertirnos y a compartir momentos con los que me quedaré toda la vida.
A
mediados de curso se presentó un cambio y decidimos que era mejor para los
niños que tuviesen un apoyo distinto, planteando el refuerzo con el intercambio
de dos hermanos dentro de la hora y media que compartíamos en el mismo centro
escolar y proseguimos con las tareas, pero lo primordial era sacar tiempo para
irnos al parque, hacer talleres y divertirnos juntos.
Durante el viaje que
hemos emprendido, estoy segura, que muchos de vosotros al igual que yo, os
habéis echado las manos a la cabeza preguntándoos como hacer que el niño
mostrase interés por los libros, por lo que intentamos explicar y porque
muestren seguridad en lo que hacen hasta llegar a la conclusión que no son
ellos los que tienen que tienen que amoldarse a nosotros, sino nosotros al
niño. Entendí que lo primero, hiciésemos lo que hiciésemos, lo primordial era
que le gustase, planteándole el aprendizaje
como algo ameno en lo que podía superarse a sí mismo y sobre todo, que viese
que me apetecía jugar con él más que él conmigo.
Estoy
segura que si nos preguntasen a niños y voluntarios acerca la experiencia en
este año, todos hemos aprendido unos de otros, pero como personas que nos
estamos formando, en ningún libro de nuestras carreras podríamos hacernos una
idea de lo enriquecedor que es para nuestra formación, sea cuál sea, el
compartir tiempo con niños tan especiales, tanto por sus vivencias, como por la
forma de afrontarlas.
Muchas
gracias.
MARTA LORENTE ROCA
Testimonio comunicado en el Acto de Clausura.
Curso 2014 - 2015
Buenas tardes a todos los asistentes.
En primer lugar me gustaría agradecer la oportunidad que tengo de estar aquí, contando mi experiencia durante todo este año en este Proyecto de Refuerzo Escolar en Familia, ya que hemos sido muchos los que hemos participado en él, y por lo cual, han sido muchas las experiencias variadas vividas entre los voluntarios. Debido a esto, para mí es un orgullo el estar esta tarde aquí sentado, y por lo tanto he de agradecer al equipo Técnico de Apoyo, que son M. Ángeles y a Sari la confianza y el apoyo que me han transmitido.
En este sentido, también es de agradecer tanto al Ayuntamiento de Murcia como a la Universidad de Murcia y al Servicio Municipal de Servicios Sociales la posibilidad de poder participar en este proyecto, tan importante y necesario.
Para comenzar, decir que me enteré del proyecto una mañana en clase en la Universidad, a la que asistió el equipo técnico del voluntariado para proponernos el participar en el proyecto, y al principio no me animé mucho con lo de participar en él. Cogí el folleto que nos dieron para rellenar y no me sentía yo muy interesado por realizarlo.
Hoy en día, la satisfacción personal de decir, que has participado en un proyecto así ayudando personas que lo necesitan creo que no tiene precio.
Una mañana, Concha, la educadora social de la zona me presentó a la madre de los menores en una cita que tuvimos, y ahí dude un poco de mis posibilidades.
Al principio, los primeros días eran muy serios y muy correctos los niños, hasta que cogieron un poco de confianza y ya no había quien los parara, o los pusiera a hacer deberes.
En cuanto a lo profesional, como estudiante de educación social que soy, decir que simplemente comencé a participar en el voluntariado debido a que quería conocer como era el trabajo del educador social desde una perspectiva en primera persona, ponerme en la piel y situación y conocer de primera mano que es el trabajo como tal. Creo que ha sido una gran ayuda para conocer uno de los diversos ámbitos de la educación social.
También en este sentido, me llevo la experiencia de conocer personas de mi mismo ámbito laboral que me han asesorado y ayudado y con las que he compartido experiencias. El meter un poco la cabeza en el mundillo, como se le dice.
Pero no todo es positivo, una de las cosas que nos decían desde que empecé la carrera fue la de que no nos creyéramos que íbamos a poder solucionar todos los problemas que nos encontráramos. En ese sentido, he de decir, que muchas veces puedes pensar que lo que haces es una tarea sencilla y que es muy fácil cumplir los “objetivos” que te propongas. Todo lo contrario, ahora creo, que cualquier mínimo cambio que puedas provocar para mejorar, es un logro importante.
Para finalizar, también agradecer a M. José y Quique, los profesionales del Área de Infancia, su apoyo incondicional en que todo me iba a salir muy bien hoy.
Me quedo con la idea clara de que los menores, mucho antes que ser alumnos, son personas con necesidades por cubrir, acentuándose más esto debido a su contexto social desfavorecido, y que si esas necesidades no están cubiertas, para ellos aprender otras cosas se complica. Por lo tanto, tengo que actuar de acuerdo a esas necesidades primordialmente, porque, a pesar de todo, si se les da un espacio donde puedan Ser, con respeto, siempre hay un camino para ayudarles en su desarrollo.
Realmente admiro a todos los menores con los que he estado, por estar en situaciones complicadas y aún así seguir hacia delante de la mejor manera que saben y pueden, cosa que me hace valorar más aún todo. Por todo esto, doy las gracias a quienes hacen posible este proyecto.
Curso 2014 - 2015
- DISCURSO VOLUNTARIAS
Buenas
tardes a todos/as. Mi nombre es Natacha Taieb, acabo de terminar
tercer grado en Trabajo Social y os quiero contar cómo está siendo
mi experiencia en el programa de Refuerzo Escolar con Voluntariado
dependiente del Servicio Municipal de los Servicios Sociales del
Ayuntamiento de Murcia.
Todo
empezó hace dos años cuando dos profesionales del equipo de apoyo
al voluntariado acudieron a la facultad de Trabajo Social a contarnos
la necesidad de personas para ayudar a niños/as con problemas o
dificultades tanto en el ámbito social como educativo.
El
primer día que fui a conocer a los niños y la familia iba con unos
pocos de nervios, pues no sabía con lo que me encontraría. Recuerdo
lo primero que me dijo la Educadora Social. Me preguntó sí estaba
en prácticas y le dije que no, y ella me contestó que éstas serían
mis prácticas y no se equivocaba.
El
primer año empecé con tres hermanos, Jesús, Cayetano y Cristian y
para mí fue un año muy especial, pues pude comprender lo necesario
que era que yo estuviera allí con ellos.
Las
clases de los centros educativos están masificadas por lo que no se
puede hacer una intervención más individualizada para poder
solucionar o prevenir problemas que están surgiendo hace ya bastante
tiempo.
En
este sentido pienso que a los niños/as que están inscritos a este
programa se les da la oportunidad de expresarse tal y como son, de
abrir sus mentes y pensar por sí mismos, de motivarlos haciendo
incapié en aquello en lo que realmente les gusta, y notanto ser
nosotros, los voluntarios, una figura de control.
Mi
segundo años, debido a circunstancias y a la necesidad que existe en
la pedanía de los Ramos, tuvimos que incorporar a dos niños más,
Pedro e Iván, por lo que se incorporó Jose también como voluntario
para poder llevar un trabajo más individual con cada uno de los
niños.
Para
mí y supongo que para cada uno de mis compañeros voluntarios, esta
experiencia está siendo muy gratificante y ha hecho que me dé
cuenta de lo necesario que es nuestra presencia.
Los
niños/as con los que trabajamos son estupendos, humildes y tienen un
corazón enorme, se les coge mucho cariño y resulta muy difícil
separase de ellos.
Es
maravilloso el poder aportar un granito de arena para ayudar a niños
y niñas que nos necesitan por diversas dificultades y sentir como
ellos te lo agradecen.
Para
concluir me gustaría das las gracias a todo el equipo de
profesionales que están detrás de este proyecto tan importante y
que me han dado la oportunidad de enriquecerme como persona y como
profesional en mi ámbito del Trabajo Social.
Muchas
gracias y espero que todos los voluntarios se animen a seguir otro
año más y que disfruten tanto como lo estoy haciendo yo. Gracias.
NATACHA TAIEB
Buenas
tardes a todos,
En
primer lugar me gustaría agradecer ( al Servicio de Voluntariado y
al Ayuntamiento de Murcia) la oportunidad que me han dado de
participar en esta actividad. En todo momento he podido percibir
desde las instituciones la confianza depositada en mí. Además, me
he sentido siempre apoyada y respaldada por los responsables del
Servicio.
Entré
a formar parte de este proyecto con muchas dudas e incertidumbre, sin
saber realmente con qué tipo de situaciones me iba a encontrar ,
expectante e ilusionada ante el reto que suponía para mí, pero sin
poder evitar cierta inquietud ante lo desconocido y, sobre todo,
esperando ser capaz de reaccionar ante las dificultades que pudiera
encontrar en el camino, pues nunca antes había participado en una
experiencia como ésta.
Inevitablemente,
en un primer momento eran muchas las preguntas ¿ Sabré hacerlo
bien?, ¿Entablaré una buena realción con el niño? ¿Lo que yo le
pueda transmitir o enseñar ayudará a su éxito escolar, le servirá
para aprendizajes posteriores?.
Pero
realmente, el primer reto al que me tuve que enfrentar fue otro muy
diferente: la dimensión humana, el trato personal, conseguir llegar
a él, que me permitiera acercarme y entablar una relación de
confianza y afecto que pudiera facilitar la comunicación entre
nosotros. Tras las dificultades de las primeras semanas, poco a poco
fuimos poniendo juntos las bases de lo que había de ser esta
experiencia, surgió la complicidad y, a partir de ahí, todo fue
mucho más fácil. Me había dejado entrar en su mundo.
Llegado
el momento de hacer balance, una de las cosas que he aprendido en
esta experiencia como voluntaria, en lo que supone pasar de la
teoría a la propia práctica, es que considero fundamental partir
de los intereses e inquietudes del niño, con el fin de poder incidir
de una manera mas efectiva en nuestra tarea como voluntarios y
reforzar sus aprendizajes, colaborando activamente en su proceso de
maduración personal y social y en la mejora de sus resultados
escolares. Es básico acercarte a él, llegar a conocerlo y poder
entablar una relación de cariño y afecto entre ambos. Voluntario y
menor deben ser un equipo trabajando juntos por la misma causa.
Puedo
decir que estoy muy satisfecha de haber formado parte de esta
experiencia, así como de los logros que hemos sido capaces de
alcanzar. Es muy gratificante observar la evolución positiva del
niño, en mi caso concreto, especialmente en el ámbito social,
donde me encontraba con especiales dificultades.
Ha
sido mi segundo año como voluntaria , y para mi ha sido una
experiencia muy enriquecedora y muy positiva. Por una parte, he
aprendido mucho en el desarrollo y preparación de las sesiones, así
como en el trato personal con el menor y la familia, me he sentido
valorada a nivel humano y a nivel profesional y, por supuesto, he
recibido también la mejor de las compensaciones, al comprobar que he
colaborado a que un niño fuera un poco más maduro, seguro de sí
mismo y, porqué no decirlo, también un poco más feliz. Esa es la
mayor satisfacción de todas. Considero muy valiosa la oportunidad
que se me me ha brindado de participar en este tipo de proyectos, ya
que esto es un comienzo y una aproximación a lo que posteriormente
será mi futura carrera profesional y además, me reafirma en mi
vocación como docente y me ha permitido sentir que soy una persona
útil para la sociedad,y que un poco de mi tiempo y de mi trabajo
pueden contribuir a construir un mundo un poco más justo, más
solidario y más humano.
Muchas
gracias.
MARÍA
RODRÍGUEZ GERMÁN
- DISCURSO NIÑOS
HOLA
ME LLAMO CRISTIAN, SOY DE LOS RAMOS, ESTOY EN EL COLEGIO FRANCISCO
SALCILLO Y TENGO 8 AÑOS.
MIS
2 AÑOS CON NATACHA HAN SIDO ESTUPENDOS.
CUANDO
ME ENTERÉ QUE IBA A TENER REFUERZO ME EMOCIONÉ MUCHO PORQUE ASÍ
TENDRÍA AYUDA PARA PODER MEJORAR EN EL COLEGIO.
AL
PRINCIPIO TENÍA UN POCO DE MIEDO PORQUE NO CONOCÍA A NATACHA Y POCO
A POCO FUI CONFIANDO EN ELLA.
NATACHA
SIEMPRE ME AYUDABA Y ME ESCUCHABA Y ME ENTENDÍA HASTA QUE UN DÍA LE
DÍ TODA MI CONFIANZA. TAMBIÉN ME EXPLICABA COMO HACER MIS DEBERES Y
POR ESO HE MEJORADO MUCHO EN EL COLEGIO.
ME
HAN GUSTADO MUCHO LAS EXCURSIONES Y LA QUE MÁS ME HA GUSTADO ES VER
LA PELÍCULA MI VECINO TOTORO.
NO
SÓLO HEMOS HECHO DEBERES, TAMBIÉN HEMOS TENIDO TIEMPO PARA HACER
OTRAS COSAS COMO MANUALIDADES; LAPICEROS, CARETAS, Y POR ESO ME GUSTA
TANTO EL REFUERZO.
TAMBIÉN
HE CONOCIDO A JOSE Y ME HA ENSEÑADO CHINO Y JAPONÉS.
POR
TODAS ESTAS COSAS ES MUY IMPORTANTE PARA MÍ Y MIS HERMANOS LOS DOS
DÍAS QUE TENEMOS DE REFUERZO Y ESTÁBAMOS DESEANDO QUE LLEGARAN.
MUCHAS
GRACIAS POR DARME REFUERZO ESCOLAR.
GRACIAS,
ARIGATÓ, SAJÁ, MERCÍ, CENQIÚ, GRACHE
Cristian José Contreras Abanza
Testimonio
comunicado en el Acto de Clausura. Curso 2012-2013
Buenas a tardes a todos.
Bienvenidos al acto de clausura del
Proyecto “Refuerzo Escolar en Familia para Menores de Contextos
Desfavorecidos”.
Me llamo Lorena, estudio Trabajo
Social en la Universidad de Murcia y he desempeñado mi labor como voluntaria en
Beniaján.
Voy intentar contaros mi experiencia
en el proyecto de la manera más amena posible y espero que sea de vuestro
agrado.
Mi aventura comenzó de una manera un
tanto atípica; pero aún así, la recuerdo como si fuera ayer.
Principios de diciembre, final del
primer cuatrimestre y estábamos en el cambio de clase. De repente, vinieron dos
personas a clase y le pidieron al profesor de turno si le podían “robar” dos
minutos de su tiempo. Y en ese momento yo pensé: “Puff, ya está, ya vienen a
soltarnos la charla del día.” Pues bien, las dos chicas empezaron a hablar, se
presentaron, nos informaron que venían del Servicio de Atención a la Diversidad
y Voluntariado de la Universidad de Murcia y empezaron a contarnos qué
proyectos tenían en marcha. En otras palabras: “Venían a ver si conseguían
reclutar a gente.”
Fue así como descubrí que el
Ayuntamiento de Murcia tenía suscrito un convenio de colaboración con el
Servicio Municipal de Servicios Sociales para la Promoción del Voluntariado con
la Universidad de Murcia. El proyecto
que estaba en marcha era de Refuerzo Escolar en Familia; dependiente del Área de Infancia y Adolescencia apoyado
por un Equipo Técnico de Apoyo al Voluntariado. En otras palabras, el proyecto
consistía en ofrecer parte de tu tiempo a niños que necesitan refuerzo extra en
sus tareas escolares; ya que sin ese apoyo, no podrían acceder a él de ninguna
otra forma.
Pues bien, he de decir que a mí me
reclutaron. El proyecto me cautivó; así que no me lo pensé dos veces y decidí
inscribirme. Pero si os soy sincera, no esperaba que me llamaran para
incorporarme. El proyecto ya estaba empezado, estaban las vacaciones de Navidad
a la vuelta de la esquina… e incluso llegué a pensar que mi solicitud se podía
haber extraviado.
Pero no. Tranquilos. Lo bueno se hace
esperar.
Una mañana de diciembre me llamó
Eloísa, técnico de Apoyo al Voluntariado, para concertar una cita conmigo,
informarme y ponernos al día con todo el papeleo.
Una vez hecho, empezó la función.
En enero, Elo, me vuelve a llamar para
decirme que ha contactado con David, el educador social de zona; y por fín me
asignan al menor con el que trabajaré en el proyecto: Samuel. Un niño que presenta necesidades especiales
de atención y de aprendizaje, falta de motivación y carencias afectivas.
Así que, concertamos una cita en el
centro educativo; porque ese era el lugar elegido para proporcionarle el
refuerzo y es ahí donde me ponen al corriente de la situación.
Seamos sinceros, al principio, me
asusté un poco. Bueno, no. Me asusté mucho. No sabía si estaba capacitada para
desempeñar mi labor como voluntaria y además tenía miedo de no conectar con
Samuel y que el refuerzo se convirtiera en un suplicio para él. Pero ya sabéis
lo que dicen. Cuando uno desea mucho algo, aunque el miedo a no conseguirlo o a
fracasar sea mayor que el propio deseo, el buscar tu fuerza interior y la
confianza en tus capacidades hace que se disipe.
Y así fue.
Encaré mis cinco meses de refuerzo con
la mayor ilusión, valentía, cariño y paciencia que pude tener. Podéis pensar
que mi experiencia ha sido corta, es cierto, de Enero a Mayo da tiempo a poco;
pero os puedo asegurar que ha sido muy intensa. E incluso en algunos momentos
muy difícil.
Mi trabajo con Samuel ha sido una
carrera de fondo. Las sesiones han ido orientadas a trabajar sus carencias
educativas, su conducta y su motivación. Os puedo decir que en enero, Samuel no
era capaz de estar sentado en una silla más de media hora, no era capaz de
mantener el contacto visual conmigo, no era capaz de centrar su atención en
ninguna tarea ni era capaz de expresar cómo se sentía. Además, todo su malestar
inexpresado se transformaba en ira y agresividad que descargaba conmigo al no
saber canalizarlo de otra manera. Incluso, tuve algunas sesiones en las que
Samuel sobrepasó los límites y tuve que darlas por finalizadas porque no podía
tolerarle sus faltas de respeto. Muchas veces llegaba a casa con un cansancio
emocional tremendo cuestionándome si de verdad merecía la pena.
¿Pero sabéis qué? En una décima de
segundo tenía la respuesta.
Claro que merecía la pena.
Samuel me necesitaba y yo tenía que
estar ahí para él. Y, aunque muchas veces, la sesión se me hacía cuesta arriba,
siempre había algo que me hacía ir a la siguiente sesión con una sonrisa y con
más ganas si cabe; y era él. Samuel.
Aquí debo hacer un pequeño paréntesis
para agradecerle a Mª Ángeles, mi Técnico de Apoyo al Voluntariado, todo lo que
ha hecho por mí. En esos momentos en los que dudaba hasta de mi sombra y en los
que no me veía capaz de seguir, ella siempre ha estado ahí para guiarme, darme
ánimos, elogiar el trabajo tan duro que estaba haciendo y para reorientar las
sesiones según las necesidades de Samuel.
Así que desde aquí te doy las gracias.
Volviendo al tema Samuel.
Ahora,
os puedo decir que Samuel no ha llegado a la meta pero está en el
camino. Y para mí eso es mucho. Además, quiero decir que todo lo que ha
conseguido es mérito suyo; porque ha puesto mucho esfuerzo y muchas ganas en
cada sesión. Ha conseguido estar sentado y terminar tareas que le proponía, ha
logrado mantenerme el contacto visual mientras le hablaba, ya es capaz de
expresar cómo se siente, ha logrado ordenar las palabras alfabéticamente, ha
conseguido mejorar su caligrafía, asentar sus conocimientos sobre las
operaciones aritméticas, y por fín ha conseguido aprenderse las tablas de
multiplicar.
Y digo por fín porque ha sido un
trabajo muy duro. Creedme. Lo intenté de todas las maneras posibles y no había
forma. Hasta que un día agudicé mi ingenio de tal manera que ideé un juego.
Pues bien, no había día que no me pidiera jugar al “Juego de las Tablas”.
Estaba encantado. Incluso, si algún día no lo llevaba a la sesión; ya estaba
preparado para “echarme la bronca”.
Así que, sí, lo conseguí. Conseguí que
Samuel se aprendiera las tablas.
Como veis no todo han sido momentos
tristes y complicados. He tenido muchísimos momentos memorables con él. Sus
“¡Hola maestra! ¡Que guapa vienes hoy!” o sus “¡Joer, maestra, yo quiero que
seas tú la que siempre venga a darme el refuerzo!” han conseguido siempre
sacarme una sonrisa y hacerme muy feliz.
En resumen, mi labor como voluntaria
ha sido muy especial. A nivel académico me ha servido para coger experiencia
así como para tener contacto real con las necesidades que presenta el mundo que
tenemos delante de nosotros; muchas de ellas, sólo visibles para aquel que sabe
donde mirar. Porque ya sabéis lo que dicen, no hay mas ciego que el que no
quiere ver. Y a nivel personal ha sido una experiencia dura pero muy
gratificante. Ya se sabe, cuando uno hace las cosas porque las siente de
dentro, la autorrealización personal es suficiente recompensa.
Para terminar, no me gustaría irme sin
decir que con Samuel queda mucho por hacer. Pero él no es el único. Samuel es
una de tantas personas que necesitan nuestra ayuda. Y como bien sabrán mis
compañeros, aunque desde el voluntariado ponemos nuestro granito de arena,
nosotros no podemos abarcar todas las necesidades que estos niños tienen.
Así que, no olvidéis lo que dijo el
gran Edmund Burke:
“Para
que triunfe el mal, sólo basta que los hombres de bien no hagan nada”.
Muchas gracias y hasta siempre.
Lorena Quereda Ruiz
Pero en el equipo docente, se mostraron muy contentos con la idea y eso me animó mucho para comenzar dicha experiencia.
Para no enrollarme más, agradezco mucho esta oportunidad de poder hablar de una experiencia que personalmente me ha enriquecido mucho, tanto a nivel personal como profesional. Y espero que sigáis aportando todos, vuestro granito de arena, y que entre todos poder hacer aunque sea pequeño puñado arena para mejorar nuestro mundo.
Testimonio comunicado en el Acto de
Clausura. Curso 2011-2012
Buenas Tardes
a tod@s:
Soy Ilham, una de muchas
voluntarias y voluntarios que estamos presentes, actualmente estoy
cursando y casi acabando 4º de grado de educación social y llevo 2 dos años de
voluntaria en el programa de refuerzo escolar en familia.
Antes
de todo, me gustaría agradecer a mis compañeros la asistencia a este acto,
estando en vispéras de exámenes.
También
me gustaría señalar que todos y cada uno
de los que estamos aquí tenemos una experiencia que contar, pero debido a la
escasez de tiempo, sólo algunos de nosotros podremos hacerlo, con esto no
pretendo representar a todos, sino
contar una experiencia más.
Mi historia del voluntariado empezó hace 2 años,
cuando Sari, la profesional del Equipo de Apoyo al Voluntariado nos visitó en
la Universidad para hablarnos de la posibilidad de ayudar a niños con
dificultades para seguir el ritmo de la clase. En su día nos enumeró una enorme
lista de ventajas que tiene esta experiencia, pero yo personalmente me inquietaba la idea de que un niño dependa de mí, aunque
sea una hora a la semana. Tras pensarlo mucho tiempo, tomé la iniciativa como un desafío más en
esta vida.
La
educadora social de la zona había organizado un pequeño grupo que iban al
colegio público Los Rosales, estaban en
el mismo curso y tenían varios problemas además del idioma. La primera toma de
contacto con los niños, fue cuando Sari me acompañó al colegio y hablamos con el equipo docente y estos nos hablaron de las necesidades de
refuerzo escolar de los 5 niños. En su momento, me planteé seriamente la idea de estar con un
grupo de niños sola.
Pero en el equipo docente, se mostraron muy contentos con la idea y eso me animó mucho para comenzar dicha experiencia.
Después
de 2 años de voluntaria en la misma zona, El Palmar precisamente, pero con
diferentes niños, no me arrepiento de haber aceptado el desafío en su día.
Tras
un gran trabajo, he conseguido hablar con los padres cuando precisaba, que
hasta En su momento era un problema en el colegio, debido a la dificultad del
idioma.
Este
año he conseguido llevar mi “equipo de futbol”, como lo llamaba un compañero
del refuerzo escolar, a las dos salidas
que se han realizado, estos se lo han pasado muy bien y yo a pesar de todo, me
lo pase genial, al ver que la ilusión que les hacía.
Personalmente,
esta experiencia me ha aportado muchas cosas, principalmente la responsabilidad
con la causa, el hecho de estar pensando durante la semana, ¿qué actividades
podría hacer para explicarles tal contenido?, implica una gran responsabilidad,
que yo hasta en su momento no estaba segura de que la poseía.
Otra
cosa he adquirido con esta experiencia, es la madre paciencia, y digo madre,
porque en mi caso, ha sido un reto muy grande conseguir ser tan tranquila hacia
ciertas cosas, pero con estos años he aprendido a manejar bastante bien mi
paciencia.
También
me ha aportado mucha confianza como
persona y futura profesional en el ámbito social, contar con la total
autonomía, muchas veces es muy positivo, pero al mismo tiempo peligroso y más
si estamos trabajando con un colectivo tan delicado como el nuestro. En mi caso
la idea de total autonomía me ATORMENTABA. Pero gracias a la ayuda de los que
me rodeaban. Precisamente Sari, que hacía de coordinadora y psicóloga al mismo
tiempo, dedicaba mucho tiempo para tranquilizarme y animarme.
La
flexibilidad también es un factor muy importante en este trabajo y
desgraciadamente sólo se adquiere con la práctica, y esta experiencia es una de
las mejores formas de aprender este don.
Otra
de las muchas cosas que me ha aportado esta experiencia, es la buena relación
que ha surgido con todos los que trabajan en este programa, ya sea con la
coordinadora del voluntariado o los educadores de la zona del Palmar.
Respecto
a la relación con los niños, con decir que todavía no me he podido despedir de
ellos, ya lo he dicho todo.
Para no enrollarme más, agradezco mucho esta oportunidad de poder hablar de una experiencia que personalmente me ha enriquecido mucho, tanto a nivel personal como profesional. Y espero que sigáis aportando todos, vuestro granito de arena, y que entre todos poder hacer aunque sea pequeño puñado arena para mejorar nuestro mundo.
Muchas
gracias!
Ilham El Farh
Buenas tardes a todos los asistentes.
En primer lugar me gustaría agradecer la oportunidad que tengo de estar aquí, contando mi experiencia durante todo este año en este Proyecto de Refuerzo Escolar en Familia, ya que hemos sido muchos los que hemos participado en él, y por lo cual, han sido muchas las experiencias variadas vividas entre los voluntarios. Debido a esto, para mí es un orgullo el estar esta tarde aquí sentado, y por lo tanto he de agradecer al equipo Técnico de Apoyo, que son M. Ángeles y a Sari la confianza y el apoyo que me han transmitido.
En este sentido, también es de agradecer tanto al Ayuntamiento de Murcia como a la Universidad de Murcia y al Servicio Municipal de Servicios Sociales la posibilidad de poder participar en este proyecto, tan importante y necesario.
Para comenzar, decir que me enteré del proyecto una mañana en clase en la Universidad, a la que asistió el equipo técnico del voluntariado para proponernos el participar en el proyecto, y al principio no me animé mucho con lo de participar en él. Cogí el folleto que nos dieron para rellenar y no me sentía yo muy interesado por realizarlo.
Hoy en día, la satisfacción personal de decir, que has participado en un proyecto así ayudando personas que lo necesitan creo que no tiene precio.
Una mañana, Concha, la educadora social de la zona me presentó a la madre de los menores en una cita que tuvimos, y ahí dude un poco de mis posibilidades.
Iba
a trabajar con los hijos una familia marroquí y los menores tienen 6 la chica y
9 años el chico. En este punto no sabía
como yo mismo me podía encontrar, nunca había estado en una situación así, no
sabía cómo podía reaccionar ante alguna situación delicada, ya que no tenía ni
idea del idioma, no sabía si ellos hablaban bien castellano, si la comunicación
iba a ser buena…
Al principio, los primeros días eran muy serios y muy correctos los niños, hasta que cogieron un poco de confianza y ya no había quien los parara, o los pusiera a hacer deberes.
De
esta experiencia, me llevo para mí, dos grandes satisfacciones: en lo personal
y en lo profesional. Con respecto en lo personal, he de decir que la familia se
ha portado muy bien conmigo, me han tratado estupendamente, he conocido un poco
su cultura, su lengua, ya que a veces y si no tenían deberes que hacer, me han
dado alguna clase de árabe e incluso alguna tarde bajamos a un parque de su
casa a jugar a la pelota. He probado su gastronomía, ya que en variadas
ocasiones me han invitado a tomar el té junto con dulces típicos de su país,
con ellos, que por cierto están muy ricos. Para mí, ha sido una primera y gran
experiencia en este sentido, ya que todo lo que me ha podido aportar, ha sido
todo positivo.
En cuanto a lo profesional, como estudiante de educación social que soy, decir que simplemente comencé a participar en el voluntariado debido a que quería conocer como era el trabajo del educador social desde una perspectiva en primera persona, ponerme en la piel y situación y conocer de primera mano que es el trabajo como tal. Creo que ha sido una gran ayuda para conocer uno de los diversos ámbitos de la educación social.
También en este sentido, me llevo la experiencia de conocer personas de mi mismo ámbito laboral que me han asesorado y ayudado y con las que he compartido experiencias. El meter un poco la cabeza en el mundillo, como se le dice.
Pero no todo es positivo, una de las cosas que nos decían desde que empecé la carrera fue la de que no nos creyéramos que íbamos a poder solucionar todos los problemas que nos encontráramos. En ese sentido, he de decir, que muchas veces puedes pensar que lo que haces es una tarea sencilla y que es muy fácil cumplir los “objetivos” que te propongas. Todo lo contrario, ahora creo, que cualquier mínimo cambio que puedas provocar para mejorar, es un logro importante.
Para finalizar, también agradecer a M. José y Quique, los profesionales del Área de Infancia, su apoyo incondicional en que todo me iba a salir muy bien hoy.
Espero
que os haya gustado, muchas gracias.
Mateo López Martínez
Buenas
tardes, antes de nada quiero señalar que la experiencia particular que voy a
compartir podría ser la de cualquier otro voluntario participante en este
proyecto de refuerzo escolar. Mi experiencia es un ejemplo de tantos que hay.
Mi
nombre es Carmen, el año pasado terminé la diplomatura de Magisterio de
Educación Primaria y éste es el tercer curso que participo en el llamado, como sabéis, Proyecto de Refuerzo Escolar en Familia con
Voluntariado Universitario que lleva a
cabo el Área de Infancia y Adolescencia del Servicio Municipal de Servicios
Sociales del Ayuntamiento de Murcia, en colabora
con la Universidad de Murcia.
Este
proyecto lo conocí en segundo curso de carrera, a través de la charla
informativa que las
profesionales del proyecto María José y Sari ofrecieron en las
aulas del edificio Giner de los Ríos del Campus de Espinardo. En ese momento,
yo estaba buscando hacer justamente este tipo de voluntariado, pero no sabía
cómo ni dónde, por lo que tuve claro en ese momento que quería participar. Así,
rellené el papel correspondiente con mis datos y pocos días después se pusieron
en contacto conmigo para preparar el inicio del refuerzo que haría los viernes
en el Centro Cultural de Javalí Nuevo.
Comencé
el primer curso con dos menores, un chico y una chica, ambos entonces de 13
años. El chico estaba desmotivado en el instituto y la chica era absentista, no
asistía ya a clase. Durante ese año el chico se trasladó a vivir a Murcia y no
pudo continuar conmigo, de manera que empezó a venir a clase otro menor de 6
años que necesitaba ayuda con la lectoescritura y poco más tarde otra chica de
16 años también absentista. En el segundo curso seguí el refuerzo ya solo con
las dos chicas, hasta ahora, ya en
tercero de Secundaria.
La
relación con todos los menores ha sido muy buena. Recuerdo al chico de 13 años
que solamente estuvo el primer curso, que el primer día de clase quería irse a
los diez minutos poniendo mil excusas para salir de allí, y los demás días
empezó a quedarse el último conmigo, haciéndome preguntas sobre lo que había
aprendido y sobre qué íbamos a hacer al día siguiente, con ganas de descubrir
más cosas.
Con
las dos menores con las que sigo hasta ahora, por sus situaciones personales y
por sus características de absentismo, ha sido
necesario que me centrara en trabajar contenidos que les fueran útiles en su vida y otros que les
motivasen y despertaran la curiosidad
por conocer y seguir aprendiendo. Para ello me ayudo de todo tipo de materiales
y juegos que convierto en didácticos.
Considero
que si bien es importante apoyarles en su desarrollo académico, es fundamental
el apoyo personal y emocional, puesto que he podido comprobar en muchas de las
sesiones cómo pasaban de estar desmotivadas e inquietas a, después de dedicar
un espacio de tiempo a que se expresen, hablen de lo que sienten, de lo que les
preocupa o de lo que les gusta, de forma casi mágica se permiten a sí mismas
disponer de espacio para seguir aprendiendo.
Ahora,
la relación personal con ellas es cada vez más fuerte, con más confianza y más respeto mutuo si cabe que al inicio.
En
cuanto a la relación con las profesionales quiero señalar la ayuda y el apoyo
de la Profesional de Apoyo al Voluntariado Sari, a quien le estoy muy
agradecida, ya que a lo largo de estos tres años siempre ha estado ahí, sin
fallar, para cualquier duda que he tenido o
para cualquier cosa que he necesitado, desde materiales hasta apoyo
moral.
También
quiero señalar la ayuda de Cati, la educadora social de Javalí Nuevo, quien
hizo las presentaciones iniciales con los menores y quien se ha encargado de
buscar durante los tres cursos un lugar adecuado para la realización del
refuerzo, poniéndose en contacto conmigo para informarme con adelanto sobre
cualquier novedad de las chicas.
Personalmente,
participar en este proyecto me ha aportado muchos aprendizajes, así como el
realizarme como maestra y como persona.
Me quedo con la idea clara de que los menores, mucho antes que ser alumnos, son personas con necesidades por cubrir, acentuándose más esto debido a su contexto social desfavorecido, y que si esas necesidades no están cubiertas, para ellos aprender otras cosas se complica. Por lo tanto, tengo que actuar de acuerdo a esas necesidades primordialmente, porque, a pesar de todo, si se les da un espacio donde puedan Ser, con respeto, siempre hay un camino para ayudarles en su desarrollo.
Realmente admiro a todos los menores con los que he estado, por estar en situaciones complicadas y aún así seguir hacia delante de la mejor manera que saben y pueden, cosa que me hace valorar más aún todo. Por todo esto, doy las gracias a quienes hacen posible este proyecto.
Carmen Mª Franco Nicolás
Testimonio comunicado en el Acto de Clausura. Curso 2010-2011
Cuando decidí participar en este
proyecto que se lleva a cabo desde el Servicio Municipal de Servicios Sociales
fué para apoyar a un niño.
Su idea era que le ayuden para
poder ir al día siguiente con los deberes hechos. Mi intención era que
entendiera realmente lo que estaba haciendo y porqué su "seño" se
empeñaba en que lo hiciese. Así es
difícil que se entiendan los que son, en un principio, dos desconocidos.
Es bonito recordar y ver cómo ese
proceso de entenderse, que no necesita más que de buenas intenciones, va fluyendo con el paso de los momentos
compartidos, de las experiencias. Lo que le da sentido, lo que lo provoca, el
pretexto es vernos cada martes y jueves, en mi caso, para contestar unas
preguntas en una libreta o leer y subrayar el tema de "cono" del que
se examinará al día siguiente. Y sin darnos cuenta, se produce ese intercambio
tan enriquecedorr que hace que vayamos con ilusión cada semana.
Gracias a ese pretexto, vamos,
también sin darnos cuenta, elaborando unas cajas. Cada uno elabora una
caja a la medida del otro(de forma más o menos consciente). esto tiene lugar
durante el proceso de conocerse. Una vez que el uno le ha preparado la caja al
otro, se produce el intercambio. Y a partir de ahí es donde va teniendo lugar
esa recopilación de herramientas que iremos generando cada uno, dejando
siempre hueco para las que vendrán.
La herramienta que más hueco
ocupa en mi caja es la que me permite entender el lenguaje de ellos. La que me
habla de sus necesidades. La que me ayuda a descifrar sus gestos, sus miradas.
La que más recambios ha
necesitado es la de la motivación...¡Madre mía! Que gran fallo aquellos días en
los que ésta se quedaba al fondo de la caja, debajo de otras menos útiles y
necesarias.
Su caja también ha ido cogiendo
peso a lo largo de los ratos. La de la concentración es la herramienta que más
veces hemos tenido que llevar a reparar. Pero para eso estaba la otra caja. Se
complementan. La de ponerme de los nervios también la usó alguna que otra vez,
y juntos aprendimos a cómo dejar de usarla. La de hacernos reir el uno al otro
es de nuestras preferidas y hemos dedicado pequeños momentos a perfeccionarla.
Había días que las circunstancias
hacían que en lo más arriba de la caja estuvieran las herramientas más
acertadas. Más necesarias. Más pertinentes. Y eran muchos los momentos en los
que llegaba(más que a mi oídos y a mis ojos) a mi corazón, las palabras,
gestos, miradas, en forma de ¡ahh!ahora sí...trae trae, que lo hago yo sólo, y
que me hacían sentir la certeza de que el fruto ya había madurado y el sólo lo
podía coger del árbol. Dediqué, con mucho gusto, largos ratos a decorar la
herramienta que daba lugar a esa mirada, mi mirada preferida, provocada y
precedida por un verdadero entendimiento.
Yo, por mi parte, sigo con mi
caja, aún llena de huecos y consciente de que hay herramientas que se oxidan.
Cada uno de nosotros y de nuestros "compis" tiene la suya. Mi deseo
es que sea más accesible, que esté más extendido, que se sienta necesario y que
se entienda que hay que aprender y enseñar a a hacer cajas, también en otros
lugares, hasta el punto en que nuestro papel ya no sea necesario.
Mara
Serrano Villahermosa
Paralelamente al avance de los medios de comunicación,
nuestro mundo se ha ido convirtiendo en una verdadera “aldea global”; es
necesario ir tomando conciencia de que todos estamos implicados en el
bienestar de la misma y que las esperadas soluciones y ayudas no pueden
provenir tan sólo de los gobiernos e instituciones públicas y privadas, pues
hace falta también el apoyo del voluntariado activo, como forma de iniciativa
individual y solidaria a los graves problemas que acucian nuestro tiempo.
El año pasado, estando en la universidad, dos personas
pasaron por el aula en la que yo estaba dando clase. Daban la oportunidad a los
estudiantes de participar como voluntaria
en el Proyecto de Refuerzo Escolar en Familia del Ayuntamiento de Murcia que
tiene un convenio con la Universidad de Murcia.
Me llamó bastante la atención, yo estaba y estoy
estudiando Magisterio Musical y lo que me estaban proponiendo me ofrecía la
oportunidad de ayudar a un niño mediante algo para lo que yo estaba dedicando
mi carrera, la educación. Era una forma de poner en práctica mis conocimientos
y adquirir experiencia en este ámbito.
Mi primer año como voluntaria en el proyecto fue
absolutamente genial, pero por motivos personales tuve que dejarlo en el
segundo cuatrimestre. Fue ahí donde contacté con una amiga y le comenté en qué
consistía el programa, le propuse quedarse con el niño que por entonces yo
llevaba y pienso sinceramente que su aceptación fue algo que hasta el día de
hoy ha cambiado satisfactoriamente la vida de ese niño.
Este año, cuando regresé al programa me hablaron de
dos niños, dos adorables mellizos de 8 años. Estaba ansiosa por reanudar mi
labor con el programa, por lo que Natalia y yo, fuimos inmediatamente a
conocerlos.
El primer día que vi a Sergio y a Pablo, vi a dos niños muy extrovertidos, espontáneos, activos y ambos con mucho carácter. Me bastaron los primeros cinco minutos para ver que mi labor con ellos, además de reforzar sus aptitudes escolares, debía ser la de fomentar el compañerismo entre ellos. Era un reto para mí, que estos dos hermanos con diferencias muy pronunciadas entre ambos, se respetasen y se apoyasen como debieran.
En un primer instante consulté con algunas personas en busca de ayuda y opinión para llevar a cabo mi tarea. En cuanto a reforzar contenidos escolares y aptitudes indagué mucho material que me proporcionase una fuente bastante amplia de actividades para realizar con ellos una vez acabadas las tareas escolares. En cuanto a promover valores y actitudes realicé un guión sobre dinámicas y actividades que pudiera realizar con ellos para que reflexionasen antes de finalizar la sesión.
A medida que iban transcurriendo las semanas la relación con los chicos se iba estrechando, y las sesiones iban marcando una rutina (elaborada entre los tres): empezábamos siempre realizando las tareas que les mandaban en el colegio, después hacíamos actividades para reforzar aptitudes (dictados, ejercicios matemáticos, lecturas…) y por último terminábamos o con un juego o con una tertulia sobre un tema que yo introducía desde textos o experiencias de vida, o simplemente pintando un dibujo con tema libre.
Logramos crear una atmósfera muy agradable en la que intenté fomentar la cooperación entre los tres, haciendo ver que los tres formábamos parte de un todo, éramos imprescindibles, si uno no participaba en una actividad el resultado no sería tan satisfactorio, todos teníamos voz y voto en las tareas que hacíamos.
Al margen de mi experiencia individual, me gustaría
hablar de las dos salidas que organizó el proyecto y que la mayoría de
voluntarios acudieron con sus niños. ¿Recordáis? La primera fue a Elche; fue
muy divertido, tanto para los niños/as como para nosotros los mayores.
Patinamos sobre hielo, fuimos a una granja donde montamos en lancha, escalamos
una pared de rocódromo y vimos muchísimos animales. En la segunda fuimos al
Acuario y al Museo del Agua, no puedo decir otra palabra que no sea
IMPRESIONANTE. En el acuario vimos muchos animales que no habíamos visto nunca,
a cada cual más raro, sin hablar de los tiburones, que encandilaron a la
mayoría de niños. En el Museo del Agua fuimos directamente al Planetario,
también muy interesante. Las dos salidas tenían como fin, además de aprender de
una forma más divertida, fomentar relaciones sociales entre los niños y los
voluntarios. Debo decir que fue una
experiencia muy satisfactoria; conocimos
a muchas personas con las que podíamos tener muchas cosas en común.
Me gustaría terminar con una frase: “Si quieres aprender, enseña” (de Marco Tulio Cicerón). Con ella quiero hacer referencia al hecho de que nosotros, los voluntarios que participamos en este proyecto, no sólo ayudamos a los niños enseñándoles conocimientos para que vayan bien en el colegio, sino que nosotros mismo aprendemos de ellos; nos enfrentamos ante situaciones en las que la paciencia debe reinar por encima de todo, nos cuestionamos qué actividades vamos a realizar, reflexionamos sobre el cómo vamos a hacerlo, buscamos información, textos, material que nos pueden ser útil, y sobre todo conocemos y aprendemos a comprender a esas “personitas” que en algunos casos no son escuchadas por el resto de personas que hay su alrededor....Todo esto hace que este voluntariado no sea una tarea fácil pero si muy enriquecedora y satisfactoria.
Animo a todas las personas con estas inquietudes a participar en este programa. No creo que seamos conscientes al cien por cien de la felicidad que repartimos y que recogemos, de los momentos que pasamos con esos niños que están deseando que vayamos, no para hacer los deberes, sino para pasar ese rato con nosotros y cuando estás recogiendo para irte, te dicen: ¿te vas ya?
Hay cosas que no se pueden pagar con dinero...creo que por eso existe este voluntariado.
Ana María Cava López
Despues
de un par de años como voluntario en este proyecto, solo tengo
palabras de agradecimiento a todo a lo que este rodea. desde el apoyo
de las tecnicos, hasta el trabajo y esfuerzo realizado por las chicas
y chicos con los que he tenido la fortuna de trabajar.
Pero sobre todo, me quedo con la sensacion del poder ayudar a estos chicos y chicas que de cierta forma, y debido a las diversas situaciones sociofamiliares en las que se encuentran, nos necesitan.
no se si este año, debido al poco tiempo que me deja la carrera, podre dedicarme al igual que los años anteriores al proyecto.
Por eso animo a todos los que lean todo esto, a que se involucren y que se animen a participar, ya que la recompensa, sin duda, es meramente gratificante.
Pero sobre todo, me quedo con la sensacion del poder ayudar a estos chicos y chicas que de cierta forma, y debido a las diversas situaciones sociofamiliares en las que se encuentran, nos necesitan.
no se si este año, debido al poco tiempo que me deja la carrera, podre dedicarme al igual que los años anteriores al proyecto.
Por eso animo a todos los que lean todo esto, a que se involucren y que se animen a participar, ya que la recompensa, sin duda, es meramente gratificante.
Un
saludo!! M.L.M