TESTIMONIOS SOBRE LA EXPERIENCIA DE PARTICIPACIÓN EN EL PROYECTO DE ALGUNOS VOLUNTARIOS



Testimonio comunicado en el Acto de Clausura.
 Curso 2015 - 2016
  • DISCURSO VOLUNTARIAS



Buenos días a todos y todas, me presento, mi nombre es Eva, soy estudiante del  grado de Educación Primara, y sin mayor preámbulo os voy a contar mi perspectiva acerca de esta bonita e intensa experiencia.
Todo empezó a finales del mes de Noviembre del pasado año, cuando me citaron para conocer y ponerle cara a una niña llamada Esperanza, con ella comenzaría un programa de refuerzo escolar para intentar mejorar su rendimiento académico, así como su entusiasmo y motivación por aprender. A esta primera reunión fueron varios asistentes, entre ellos los padres de Esperanza, así como su hermano Fernando, el cuál más adelante cobrará importancia en este relato, la asistenta social de la familia e Inma, la antigua trabajadora social que llevaba nuestro caso. En este primer encuentro tuvo lugar la primera toma de contacto entre Esperanza y yo, así como la presentación y aclaración de en qué iba a consistir las clases que comenzarían a partir del siguiente día. Salí muy contenta e ilusionada de aquel encuentro, y con muchísimas ideas y planteamientos metodológicos para llevar a cabo con Esperanza. En cambio, cuando me presenté a lo que iba a ser mi primera clase con la niña, me desilusioné al ver que ella no había asistido, y al igual que en esta ocasión, han habido unas cuantas faltas sin avisar a lo largo de todo el voluntariado. Pero esta desilusión duró poco tiempo, ya que pronto pudimos desarrollar nuestra primera clase y retomar esta bonita y gratificante historia.
Debido a que la voluntaria que estaba con Fernando (el  hermano de Esperanza), tuvo que dejar el refuerzo, nuestras clases pasaron de ser Esperanza y Eva, a Esperanza, Fernando y Eva, o el equipo EFE como me gusta denominarnos (por las iniciales de nuestros respectivos nombres). Fue en la salida que hicimos a la catedral, cuando por primera vez estuvimos los tres juntos, lo suficiente como para comprobar que la incorporación de Fernando iba a hacer un voluntariado bastante laborioso, ya que es un niño bastante inquieto y al que le gusta demasiado el juego. Precisamente por esta razón y dado que representa mi filosofía sobre la educación, a lo largo de todo el refuerzo escolar, mis clases con Esperanza y Fernando han estado enfocadas al aprendizaje con diversión, a desarrollar juegos lúdicos y actividades consistentes en despertar la motivación y el interés de los niños por aprender.
Esperanza y Fernando casi nunca llevaban deberes a las clases por motivos que yo desconocía, es por ello que concerté una reunión con las tutoras de ambos, para que además me explicaran el rendimiento académico de los niños así como sus mayores dificultades escolares para hacer hincapié en ellas. Resultaba que los niños no llevaban nunca los deberes puesto que sus tutoras habían acordado no mandarles más ya que solían perder los libros, las fichas de trabajo y demás recursos, además casi nunca los traían hechos, debido a que (entre otros factores influyentes) el interés de la familia por la educación escolar de sus hijos era nula, y no existía ningún tipo de seguimiento en la elaboración de aquellos deberes. Es por ello que nuestras tardes se basaban en la realización de actividades lúdicas que mejoraran el gran desfase curricular que tenía Fernando, así como reforzar las áreas en la que Esperanza encontraba más dificultades, como eran la escritura y la lectura, aún sonrío cada vez que recuerdo los bostezos inmediatos de Esperanza al minuto de comenzar una lectura.



Las salidas realizadas, además de ser muy lúdicas y dinámicas, nos han permitido entablar mayor confianza y conocernos en mayor medida. Fue en la realización de la segunda salida a la filmoteca, cuando conocí el entusiasmo y obsesión que Fernando sentía por las palomas, ya que debido a su insistencia, tuvimos que salir a mitad de la película para ir a ver las palomas que habían en la plaza de al lado, y que él había fichado antes de entrar a la sala de cine.
Esta experiencia me ha permitido pasar de la teoría de todos los conocimientos aprendidos a lo largo de la carrera, a la práctica, comprobar el buen funcionamiento existente en otras alternativas educativas que no se limitan a la rutinaria y aburrida realización de actividades y deberes sin más. Ejemplos de estas actividades han sido “la jymkana”, la cual Esperanza adora, dónde se refuerza el área de matemáticas así como el trabajo en equipo, o incluso la lectura comprensiva acompañada de chocolate, ya que éste es una debilidad para los niños que ha permitido relacionar la lectura como algo bastante positivo e incluso dulce.
He de mencionar también que a lo largo del refuerzo, se han ido alternando días más costosos en los que ha sido difícil desarrollar una atmósfera agradable con días fantásticos en los que la disposición y entusiasmo han salido a flote. Pero desde mi punto de vista, la educación es básicamente eso, una alternancia entre días de todo tipo, aprender de lo negativo para progresar hacia lo positivo.
Por otro lado, considero que si bien es importante apoyarles en su desarrollo académico, es fundamental el apoyo personal y emocional, es decir, trabajar con la educación emocional tan olvidada como imprescindible en nuestro currículum oficial. En cada clase he intentado crear un ambiente de confianza en el que los niños se sintieran cómodos para expresar tanto sus preocupaciones como cualquier otro pensamiento o estado emotivo que les apeteciera contar. Es necesario observar los estados de ánimo que traen a cada clase los niños, para poder ofrecerles tu apoyo en caso de que lo necesiten, deben ser conscientes de que pueden contar contigo. Siguiendo con el asunto de la educación emocional, he de mencionar también lo trascendental que ha supuesto trabajar con ellos el respeto y valoración mutua como hermanos que son, para lograrlo recurrimos a la pronunciación del término “peluche” cada vez que se dieran indicios de situaciones irrespetuosas o fases previas al conflicto, de esta manera cuando alguno de los dos decía “peluche”, el otro era consciente de que debía calmarse y respetar, además de otras técnicas de valoración recíproca.
El progreso y la mejoría  existente en cada clase, ha sido obra del aporte de cada miembro del equipo EFE, ya que juntos  hemos aprendido y progresado tanto a nivel académico, como personal. Aunque no hayamos llegado a la meta final, estamos en camino, por ello debemos sentirnos satisfechos por el progreso que hemos logrado.
No  hay palabras para transmitir el cariño y afecto que les he cogido a estas dos personitas, las cuáles van a contar conmigo indudablemente en el próximo curso, pues por encima del esfuerzo que ha supuesto, de las luchas, de las clases agotadoras, de las faltas de asistencia sin avisar,… se superponen la cantidad de sonrisas que hemos sacado a flote, la diversión, la unión como equipo, el cariño, las historias y anécdotas compartidas en cada clase, la confianza, el apego y la motivación por seguir avanzando.
Esta experiencia me ha llegado y llenado profundamente, me ha permitido confirmar que haciendo las cosas con el corazón e ilusión, el esfuerzo sale solo, sin necesidad de empujarlo. Ha permitido conocerme un poco más a mí misma y comprobar que realmente me gusta la educación, y que es posible poner en práctica otro tipo, alternativo al tradicional, que aprender y divertirse no son conceptos antagónicos, me ha permitido afianzar que entre todos los ámbitos educativos existentes con el que más disfruto y donde se encuentra en auge mi vocación es aquel donde más lo necesitan. Por todo ello animo a todas las personas que compartan estas mismas inquietudes a participar en este voluntariado donde la educación no es unidireccional sino mutua, pues la cantidad de aprendizajes que me llevo yo del equipo EFE no es diminuta
Para finalizar me gustaría agradecer al Servicio de Voluntariado y al Ayuntamiento de Murcia la oportunidad que me han dado de participar en esta actividad, una de las experiencias más bonitas e intensas de toda mi vida. Espero que este programa continúe muchísimo tiempo y que cuente con la mayor colaboración posible de la personas.

EVA GONZÁLEZ ORTIGOSA





Buenos días. Nos hemos concentrado hoy para celebrar el final de un maravilloso curso. Que no podría haber sido posible sin la coordinación del Servicio de Voluntariado y la ayuda de todos los voluntarios que forman parte del proyecto, así como los protagonistas de éste, los niños y niñas con los que hemos compartido nuestro tiempo.
Creo que hablo en nombre de todos si comienzo a describir mi experiencia con los inevitables nervios del primer día, mezclándose con la ilusión y ansias por conocer y comenzar a entablar una relación con el “pupilo”.
Mis primeras clases  fue con una niña, Libertad o “La liber” para sus amigos y familia, que como era normal en cualquier niño, a las cuatro de la tarde después de seis horas de colegio estaba desganada, pero ese pequeño detalle lo pasé por alto insistiendo durante nuestra hora y media en que se aplicase a los libros. Tras unas clases, entendí que el refuerzo en los libros no era lo único que necesitaba, así que comenzamos a hablar cuando estaba desganada.
Más adelante empezamos a dejar los libros de lado y jugábamos, jugábamos a las matemáticas, a leer y a hablar sobre moral, sobre ella, su cultura y su familia.
Cuando llegaron Abraham y Soraya al voluntariado, decidimos irnos al parque a divertirnos y a compartir momentos con los que me quedaré toda la vida.
A mediados de curso se presentó un cambio y decidimos que era mejor para los niños que tuviesen un apoyo distinto, planteando el refuerzo con el intercambio de dos hermanos dentro de la hora y media que compartíamos en el mismo centro escolar y proseguimos con las tareas, pero lo primordial era sacar tiempo para irnos al parque, hacer talleres y divertirnos juntos.
Durante el viaje que hemos emprendido, estoy segura, que muchos de vosotros al igual que yo, os habéis echado las manos a la cabeza preguntándoos como hacer que el niño mostrase interés por los libros, por lo que intentamos explicar y porque muestren seguridad en lo que hacen hasta llegar a la conclusión que no son ellos los que tienen que tienen que amoldarse a nosotros, sino nosotros al niño. Entendí que lo primero, hiciésemos lo que hiciésemos, lo primordial era que le gustase, planteándole el aprendizaje como algo ameno en lo que podía superarse a sí mismo y sobre todo, que viese que me apetecía jugar con él más que él conmigo.

Estoy segura que si nos preguntasen a niños y voluntarios acerca la experiencia en este año, todos hemos aprendido unos de otros, pero como personas que nos estamos formando, en ningún libro de nuestras carreras podríamos hacernos una idea de lo enriquecedor que es para nuestra formación, sea cuál sea, el compartir tiempo con niños tan especiales, tanto por sus vivencias, como por la forma de afrontarlas.
Muchas gracias.


MARTA LORENTE ROCA



Testimonio comunicado en el Acto de Clausura.
 Curso 2014 - 2015
  • DISCURSO VOLUNTARIAS

Buenas tardes a todos/as. Mi nombre es Natacha Taieb, acabo de terminar tercer grado en Trabajo Social y os quiero contar cómo está siendo mi experiencia en el programa de Refuerzo Escolar con Voluntariado dependiente del Servicio Municipal de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Murcia.

Todo empezó hace dos años cuando dos profesionales del equipo de apoyo al voluntariado acudieron a la facultad de Trabajo Social a contarnos la necesidad de personas para ayudar a niños/as con problemas o dificultades tanto en el ámbito social como educativo.

El primer día que fui a conocer a los niños y la familia iba con unos pocos de nervios, pues no sabía con lo que me encontraría. Recuerdo lo primero que me dijo la Educadora Social. Me preguntó sí estaba en prácticas y le dije que no, y ella me contestó que éstas serían mis prácticas y no se equivocaba.

El primer año empecé con tres hermanos, Jesús, Cayetano y Cristian y para mí fue un año muy especial, pues pude comprender lo necesario que era que yo estuviera allí con ellos.

Las clases de los centros educativos están masificadas por lo que no se puede hacer una intervención más individualizada para poder solucionar o prevenir problemas que están surgiendo hace ya bastante tiempo.

En este sentido pienso que a los niños/as que están inscritos a este programa se les da la oportunidad de expresarse tal y como son, de abrir sus mentes y pensar por sí mismos, de motivarlos haciendo incapié en aquello en lo que realmente les gusta, y notanto ser nosotros, los voluntarios, una figura de control.

Mi segundo años, debido a circunstancias y a la necesidad que existe en la pedanía de los Ramos, tuvimos que incorporar a dos niños más, Pedro e Iván, por lo que se incorporó Jose también como voluntario para poder llevar un trabajo más individual con cada uno de los niños.

Para mí y supongo que para cada uno de mis compañeros voluntarios, esta experiencia está siendo muy gratificante y ha hecho que me dé cuenta de lo necesario que es nuestra presencia.

Los niños/as con los que trabajamos son estupendos, humildes y tienen un corazón enorme, se les coge mucho cariño y resulta muy difícil separase de ellos.

Es maravilloso el poder aportar un granito de arena para ayudar a niños y niñas que nos necesitan por diversas dificultades y sentir como ellos te lo agradecen.

Para concluir me gustaría das las gracias a todo el equipo de profesionales que están detrás de este proyecto tan importante y que me han dado la oportunidad de enriquecerme como persona y como profesional en mi ámbito del Trabajo Social.

Muchas gracias y espero que todos los voluntarios se animen a seguir otro año más y que disfruten tanto como lo estoy haciendo yo. Gracias.
 NATACHA TAIEB
  Buenas tardes a todos,

En primer lugar me gustaría agradecer ( al Servicio de Voluntariado y al Ayuntamiento de Murcia) la oportunidad que me han dado de participar en esta actividad. En todo momento he podido percibir desde las instituciones la confianza depositada en mí. Además, me he sentido siempre apoyada y respaldada por los responsables del Servicio.

Entré a formar parte de este proyecto con muchas dudas e incertidumbre, sin saber realmente con qué tipo de situaciones me iba a encontrar , expectante e ilusionada ante el reto que suponía para mí, pero sin poder evitar cierta inquietud ante lo desconocido y, sobre todo, esperando ser capaz de reaccionar ante las dificultades que pudiera encontrar en el camino, pues nunca antes había participado en una experiencia como ésta.

Inevitablemente, en un primer momento eran muchas las preguntas ¿ Sabré hacerlo bien?, ¿Entablaré una buena realción con el niño? ¿Lo que yo le pueda transmitir o enseñar ayudará a su éxito escolar, le servirá para aprendizajes posteriores?.

Pero realmente, el primer reto al que me tuve que enfrentar fue otro muy diferente: la dimensión humana, el trato personal, conseguir llegar a él, que me permitiera acercarme y entablar una relación de confianza y afecto que pudiera facilitar la comunicación entre nosotros. Tras las dificultades de las primeras semanas, poco a poco fuimos poniendo juntos las bases de lo que había de ser esta experiencia, surgió la complicidad y, a partir de ahí, todo fue mucho más fácil. Me había dejado entrar en su mundo.

Llegado el momento de hacer balance, una de las cosas que he aprendido en esta experiencia como voluntaria, en lo que supone pasar de la teoría a la propia práctica, es que considero fundamental partir de los intereses e inquietudes del niño, con el fin de poder incidir de una manera mas efectiva en nuestra tarea como voluntarios y reforzar sus aprendizajes, colaborando activamente en su proceso de maduración personal y social y en la mejora de sus resultados escolares. Es básico acercarte a él, llegar a conocerlo y poder entablar una relación de cariño y afecto entre ambos. Voluntario y menor deben ser un equipo trabajando juntos por la misma causa.

Puedo decir que estoy muy satisfecha de haber formado parte de esta experiencia, así como de los logros que hemos sido capaces de alcanzar. Es muy gratificante observar la evolución positiva del niño, en mi caso concreto, especialmente en el ámbito social, donde me encontraba con especiales dificultades.

Ha sido mi segundo año como voluntaria , y para mi ha sido una experiencia muy enriquecedora y muy positiva. Por una parte, he aprendido mucho en el desarrollo y preparación de las sesiones, así como en el trato personal con el menor y la familia, me he sentido valorada a nivel humano y a nivel profesional y, por supuesto, he recibido también la mejor de las compensaciones, al comprobar que he colaborado a que un niño fuera un poco más maduro, seguro de sí mismo y, porqué no decirlo, también un poco más feliz. Esa es la mayor satisfacción de todas. Considero muy valiosa la oportunidad que se me me ha brindado de participar en este tipo de proyectos, ya que esto es un comienzo y una aproximación a lo que posteriormente será mi futura carrera profesional y además, me reafirma en mi vocación como docente y me ha permitido sentir que soy una persona útil para la sociedad,y que un poco de mi tiempo y de mi trabajo pueden contribuir a construir un mundo un poco más justo, más solidario y más humano.

Muchas gracias.
MARÍA RODRÍGUEZ GERMÁN
  • DISCURSO NIÑOS
  HOLA ME LLAMO CRISTIAN, SOY DE LOS RAMOS, ESTOY EN EL COLEGIO FRANCISCO SALCILLO Y TENGO 8 AÑOS.
MIS 2 AÑOS CON NATACHA HAN SIDO ESTUPENDOS.
CUANDO ME ENTERÉ QUE IBA A TENER REFUERZO ME EMOCIONÉ MUCHO PORQUE ASÍ TENDRÍA AYUDA PARA PODER MEJORAR EN EL COLEGIO.
AL PRINCIPIO TENÍA UN POCO DE MIEDO PORQUE NO CONOCÍA A NATACHA Y POCO A POCO FUI CONFIANDO EN ELLA.
NATACHA SIEMPRE ME AYUDABA Y ME ESCUCHABA Y ME ENTENDÍA HASTA QUE UN DÍA LE DÍ TODA MI CONFIANZA. TAMBIÉN ME EXPLICABA COMO HACER MIS DEBERES Y POR ESO HE MEJORADO MUCHO EN EL COLEGIO.
ME HAN GUSTADO MUCHO LAS EXCURSIONES Y LA QUE MÁS ME HA GUSTADO ES VER LA PELÍCULA MI VECINO TOTORO.
NO SÓLO HEMOS HECHO DEBERES, TAMBIÉN HEMOS TENIDO TIEMPO PARA HACER OTRAS COSAS COMO MANUALIDADES; LAPICEROS, CARETAS, Y POR ESO ME GUSTA TANTO EL REFUERZO.
TAMBIÉN HE CONOCIDO A JOSE Y ME HA ENSEÑADO CHINO Y JAPONÉS.
POR TODAS ESTAS COSAS ES MUY IMPORTANTE PARA MÍ Y MIS HERMANOS LOS DOS DÍAS QUE TENEMOS DE REFUERZO Y ESTÁBAMOS DESEANDO QUE LLEGARAN.
MUCHAS GRACIAS POR DARME REFUERZO ESCOLAR.
GRACIAS, ARIGATÓ, SAJÁ, MERCÍ, CENQIÚ, GRACHE


Cristian José Contreras Abanza


Testimonio comunicado en el Acto de Clausura. Curso 2012-2013

Buenas a tardes a todos.
Bienvenidos al acto de clausura del Proyecto “Refuerzo Escolar en Familia para Menores de Contextos Desfavorecidos”.
Me llamo Lorena, estudio Trabajo Social en la Universidad de Murcia y he desempeñado mi labor como voluntaria en Beniaján.
Voy intentar contaros mi experiencia en el proyecto de la manera más amena posible y espero que sea de vuestro agrado.
Mi aventura comenzó de una manera un tanto atípica; pero aún así, la recuerdo como si fuera ayer.
Principios de diciembre, final del primer cuatrimestre y estábamos en el cambio de clase. De repente, vinieron dos personas a clase y le pidieron al profesor de turno si le podían “robar” dos minutos de su tiempo. Y en ese momento yo pensé: “Puff, ya está, ya vienen a soltarnos la charla del día.” Pues bien, las dos chicas empezaron a hablar, se presentaron, nos informaron que venían del Servicio de Atención a la Diversidad y Voluntariado de la Universidad de Murcia y empezaron a contarnos qué proyectos tenían en marcha. En otras palabras: “Venían a ver si conseguían reclutar a gente.”
Fue así como descubrí que el Ayuntamiento de Murcia tenía suscrito un convenio de colaboración con el Servicio Municipal de Servicios Sociales para la Promoción del Voluntariado con la Universidad de Murcia.  El proyecto que estaba en marcha era de Refuerzo Escolar en Familia; dependiente  del Área de Infancia y Adolescencia apoyado por un Equipo Técnico de Apoyo al Voluntariado. En otras palabras, el proyecto consistía en ofrecer parte de tu tiempo a niños que necesitan refuerzo extra en sus tareas escolares; ya que sin ese apoyo, no podrían acceder a él de ninguna otra forma.
Pues bien, he de decir que a mí me reclutaron. El proyecto me cautivó; así que no me lo pensé dos veces y decidí inscribirme. Pero si os soy sincera, no esperaba que me llamaran para incorporarme. El proyecto ya estaba empezado, estaban las vacaciones de Navidad a la vuelta de la esquina… e incluso llegué a pensar que mi solicitud se podía haber extraviado.
Pero no. Tranquilos. Lo bueno se hace esperar.
Una mañana de diciembre me llamó Eloísa, técnico de Apoyo al Voluntariado, para concertar una cita conmigo, informarme y ponernos al día con todo el papeleo.
Una vez hecho, empezó la función.
En enero, Elo, me vuelve a llamar para decirme que ha contactado con David, el educador social de zona; y por fín me asignan al menor con el que trabajaré en el proyecto: Samuel.  Un niño que presenta necesidades especiales de atención y de aprendizaje, falta de motivación y carencias afectivas.
Así que, concertamos una cita en el centro educativo; porque ese era el lugar elegido para proporcionarle el refuerzo y es ahí donde me ponen al corriente de la situación. 
Seamos sinceros, al principio, me asusté un poco. Bueno, no. Me asusté mucho. No sabía si estaba capacitada para desempeñar mi labor como voluntaria y además tenía miedo de no conectar con Samuel y que el refuerzo se convirtiera en un suplicio para él. Pero ya sabéis lo que dicen. Cuando uno desea mucho algo, aunque el miedo a no conseguirlo o a fracasar sea mayor que el propio deseo, el buscar tu fuerza interior y la confianza en tus capacidades hace que se disipe.
Y así fue.
Encaré mis cinco meses de refuerzo con la mayor ilusión, valentía, cariño y paciencia que pude tener. Podéis pensar que mi experiencia ha sido corta, es cierto, de Enero a Mayo da tiempo a poco; pero os puedo asegurar que ha sido muy intensa. E incluso en algunos momentos muy difícil.
Mi trabajo con Samuel ha sido una carrera de fondo. Las sesiones han ido orientadas a trabajar sus carencias educativas, su conducta y su motivación. Os puedo decir que en enero, Samuel no era capaz de estar sentado en una silla más de media hora, no era capaz de mantener el contacto visual conmigo, no era capaz de centrar su atención en ninguna tarea ni era capaz de expresar cómo se sentía. Además, todo su malestar inexpresado se transformaba en ira y agresividad que descargaba conmigo al no saber canalizarlo de otra manera. Incluso, tuve algunas sesiones en las que Samuel sobrepasó los límites y tuve que darlas por finalizadas porque no podía tolerarle sus faltas de respeto. Muchas veces llegaba a casa con un cansancio emocional tremendo cuestionándome si de verdad merecía la pena.
¿Pero sabéis qué? En una décima de segundo tenía la respuesta.
Claro que merecía la pena.
Samuel me necesitaba y yo tenía que estar ahí para él. Y, aunque muchas veces, la sesión se me hacía cuesta arriba, siempre había algo que me hacía ir a la siguiente sesión con una sonrisa y con más ganas si cabe; y era él. Samuel.
Aquí debo hacer un pequeño paréntesis para agradecerle a Mª Ángeles, mi Técnico de Apoyo al Voluntariado, todo lo que ha hecho por mí. En esos momentos en los que dudaba hasta de mi sombra y en los que no me veía capaz de seguir, ella siempre ha estado ahí para guiarme, darme ánimos, elogiar el trabajo tan duro que estaba haciendo y para reorientar las sesiones según las necesidades de Samuel.
Así que desde aquí te doy las gracias.
Volviendo al tema Samuel.
Ahora,  os puedo decir que Samuel no ha llegado a la meta pero está en el camino. Y para mí eso es mucho. Además, quiero decir que todo lo que ha conseguido es mérito suyo; porque ha puesto mucho esfuerzo y muchas ganas en cada sesión. Ha conseguido estar sentado y terminar tareas que le proponía, ha logrado mantenerme el contacto visual mientras le hablaba, ya es capaz de expresar cómo se siente, ha logrado ordenar las palabras alfabéticamente, ha conseguido mejorar su caligrafía, asentar sus conocimientos sobre las operaciones aritméticas, y por fín ha conseguido aprenderse las tablas de multiplicar.
Y digo por fín porque ha sido un trabajo muy duro. Creedme. Lo intenté de todas las maneras posibles y no había forma. Hasta que un día agudicé mi ingenio de tal manera que ideé un juego. Pues bien, no había día que no me pidiera jugar al “Juego de las Tablas”. Estaba encantado. Incluso, si algún día no lo llevaba a la sesión; ya estaba preparado para “echarme la bronca”.
Así que, sí, lo conseguí. Conseguí que Samuel se aprendiera las tablas.
Como veis no todo han sido momentos tristes y complicados. He tenido muchísimos momentos memorables con él. Sus “¡Hola maestra! ¡Que guapa vienes hoy!” o sus “¡Joer, maestra, yo quiero que seas tú la que siempre venga a darme el refuerzo!” han conseguido siempre sacarme una sonrisa y hacerme muy feliz.
En resumen, mi labor como voluntaria ha sido muy especial. A nivel académico me ha servido para coger experiencia así como para tener contacto real con las necesidades que presenta el mundo que tenemos delante de nosotros; muchas de ellas, sólo visibles para aquel que sabe donde mirar. Porque ya sabéis lo que dicen, no hay mas ciego que el que no quiere ver. Y a nivel personal ha sido una experiencia dura pero muy gratificante. Ya se sabe, cuando uno hace las cosas porque las siente de dentro, la autorrealización personal es suficiente recompensa.
 Para terminar, no me gustaría irme sin decir que con Samuel queda mucho por hacer. Pero él no es el único. Samuel es una de tantas personas que necesitan nuestra ayuda. Y como bien sabrán mis compañeros, aunque desde el voluntariado ponemos nuestro granito de arena, nosotros no podemos abarcar todas las necesidades que estos niños tienen.
Así que, no olvidéis lo que dijo el gran Edmund Burke:
 Para que triunfe el mal, sólo basta que los hombres de bien no hagan nada”.
Muchas gracias y hasta siempre.

             Lorena Quereda Ruiz

Buenas Tardes a tod@s:
Soy Ilham, una de muchas  voluntarias y voluntarios que estamos presentes, actualmente estoy cursando y casi acabando 4º de grado de educación social y llevo 2 dos años de voluntaria en el programa de refuerzo escolar en familia.
Antes de todo, me gustaría agradecer a mis compañeros la asistencia a este acto, estando en vispéras de exámenes.
También me gustaría señalar  que todos y cada uno de los que estamos aquí tenemos una experiencia que contar, pero debido a la escasez de tiempo, sólo algunos de nosotros podremos hacerlo, con esto no pretendo  representar a todos, sino contar una experiencia más.

Mi  historia del voluntariado empezó hace 2 años, cuando Sari, la profesional del Equipo de Apoyo al Voluntariado nos visitó en la Universidad para hablarnos de la posibilidad de ayudar a niños con dificultades para seguir el ritmo de la clase. En su día nos enumeró una enorme lista de ventajas que tiene esta experiencia, pero  yo personalmente me inquietaba  la idea de que un niño dependa de mí, aunque sea una hora a la semana. Tras pensarlo mucho tiempo,  tomé la iniciativa como un desafío más en esta vida.

La educadora social de la zona había organizado un pequeño grupo que iban al colegio  público Los Rosales, estaban en el mismo curso y tenían varios problemas además del idioma. La primera toma de contacto con los niños, fue cuando Sari me acompañó al colegio  y hablamos con el equipo docente  y estos nos hablaron de las necesidades de refuerzo escolar  de los 5 niños.  En su momento,  me planteé seriamente la idea de estar con un grupo de niños sola.

Pero  en el equipo docente, se mostraron muy contentos con la idea y eso me animó mucho para comenzar dicha experiencia.

Después de 2 años de voluntaria en la misma zona, El Palmar precisamente, pero con diferentes niños, no me arrepiento de haber aceptado  el desafío en su día.
Tras un gran trabajo, he conseguido hablar con los padres cuando precisaba, que hasta En su momento era un problema en el colegio, debido a la dificultad del idioma.

Este año he conseguido llevar mi “equipo de futbol”, como lo llamaba un compañero del refuerzo escolar,  a las dos salidas que se han realizado, estos se lo han pasado muy bien y yo a pesar de todo, me lo pase genial, al ver que la ilusión que les hacía.

Personalmente, esta experiencia me ha aportado muchas cosas, principalmente la responsabilidad con la causa, el hecho de estar pensando durante la semana, ¿qué actividades podría hacer para explicarles tal contenido?, implica una gran responsabilidad, que yo hasta en su momento no estaba segura de que la poseía.

Otra cosa he adquirido con esta experiencia, es la madre paciencia, y digo madre, porque en mi caso, ha sido un reto muy grande conseguir ser tan tranquila hacia ciertas cosas, pero con estos años he aprendido a manejar bastante bien mi paciencia.

También me ha aportado  mucha confianza como persona y futura profesional en el ámbito social, contar con la total autonomía, muchas veces es muy positivo, pero al mismo tiempo peligroso y más si estamos trabajando con un colectivo tan delicado como el nuestro. En mi caso la idea de total autonomía me ATORMENTABA. Pero gracias a la ayuda de los que me rodeaban. Precisamente Sari, que hacía de coordinadora y psicóloga al mismo tiempo, dedicaba mucho tiempo para tranquilizarme y animarme.

La flexibilidad también es un factor muy importante en este trabajo y desgraciadamente sólo se adquiere con la práctica, y esta experiencia es una de las mejores formas de aprender este don.

Otra de las muchas cosas que me ha aportado esta experiencia, es la buena relación que ha surgido con todos los que trabajan en este programa, ya sea con la coordinadora del voluntariado o los educadores de la zona del Palmar.

Respecto a la relación con los niños, con decir que todavía no me he podido despedir de ellos, ya lo he dicho todo.

Para no enrollarme más, agradezco mucho esta oportunidad de poder hablar de una experiencia que personalmente me ha enriquecido mucho, tanto a nivel personal como profesional. Y espero que sigáis aportando todos,  vuestro granito de arena,  y que  entre todos poder hacer aunque sea pequeño puñado arena  para mejorar nuestro mundo.

Muchas gracias!

Ilham El Farh

 Testimonio comunicado en el Acto de Clausura. Curso 2011-2012

Buenas tardes a todos los asistentes.

En primer lugar me gustaría agradecer la oportunidad que tengo de estar aquí, contando mi experiencia durante todo este año en este Proyecto de Refuerzo Escolar en Familia, ya que hemos sido muchos los que hemos participado en él, y por lo cual, han sido muchas las experiencias variadas vividas entre los voluntarios. Debido a esto, para mí es un orgullo el estar esta tarde aquí sentado, y por lo tanto he de agradecer al equipo Técnico de Apoyo, que son  M. Ángeles y a Sari la confianza y el apoyo que me han transmitido.

En este sentido, también es de agradecer tanto al Ayuntamiento de Murcia como a la Universidad de Murcia y al Servicio Municipal de Servicios Sociales la posibilidad de poder participar en este proyecto, tan importante y necesario.

Para comenzar, decir que me enteré del proyecto una mañana en clase en la Universidad, a la que asistió el equipo técnico del voluntariado para proponernos el participar en el proyecto, y al principio no me animé mucho con lo de participar en él. Cogí el folleto que nos dieron para rellenar y no me sentía yo muy interesado por realizarlo.

Hoy en día, la satisfacción personal de decir, que has participado en un proyecto así ayudando personas que lo necesitan creo que no tiene precio.

Una mañana, Concha, la educadora social de la zona me presentó a la madre de los menores en una cita que tuvimos, y ahí dude un poco de mis posibilidades.
Iba a trabajar con los hijos una familia marroquí y los menores tienen 6 la chica y 9 años el chico.  En este punto no sabía como yo mismo me podía encontrar, nunca había estado en una situación así, no sabía cómo podía reaccionar ante alguna situación delicada, ya que no tenía ni idea del idioma, no sabía si ellos hablaban bien castellano, si la comunicación iba a ser buena…

Al principio, los primeros días eran muy serios y muy correctos los niños, hasta que cogieron un poco de confianza y ya no había quien los parara, o los pusiera a hacer deberes.
De esta experiencia, me llevo para mí, dos grandes satisfacciones: en lo personal y en lo profesional. Con respecto en lo personal, he de decir que la familia se ha portado muy bien conmigo, me han tratado estupendamente, he conocido un poco su cultura, su lengua, ya que a veces y si no tenían deberes que hacer, me han dado alguna clase de árabe e incluso alguna tarde bajamos a un parque de su casa a jugar a la pelota. He probado su gastronomía, ya que en variadas ocasiones me han invitado a tomar el té junto con dulces típicos de su país, con ellos, que por cierto están muy ricos. Para mí, ha sido una primera y gran experiencia en este sentido, ya que todo lo que me ha podido aportar, ha sido todo positivo.

En cuanto a lo profesional, como estudiante de educación social que soy, decir que simplemente comencé a participar en el voluntariado debido a que quería conocer como era el trabajo del educador social desde una perspectiva en primera persona, ponerme en la piel y situación y conocer de primera mano que es el trabajo como tal. Creo que ha sido una gran ayuda para conocer uno de los diversos ámbitos de la educación social.

También en este sentido, me llevo la experiencia de conocer personas de mi mismo ámbito laboral que me han asesorado y ayudado y con las que he compartido experiencias. El meter un poco la cabeza en el mundillo, como se le dice.

Pero no todo es positivo, una de las cosas que nos decían desde que empecé la carrera fue la de que no nos creyéramos que íbamos a poder solucionar todos los problemas que nos encontráramos. En ese sentido, he de decir, que muchas veces puedes pensar que lo que haces es una tarea sencilla y que es muy fácil cumplir los “objetivos” que te propongas.  Todo lo contrario, ahora creo, que cualquier mínimo cambio que puedas provocar para mejorar, es un logro importante.

Para finalizar, también agradecer a  M. José y Quique, los profesionales del Área de Infancia, su apoyo incondicional en que todo me iba a salir muy bien hoy.
Espero que os haya gustado, muchas gracias.
                                                                                                               Mateo López Martínez



Buenas tardes, antes de nada quiero señalar que la experiencia particular que voy a compartir podría ser la de cualquier otro voluntario participante en este proyecto de refuerzo escolar. Mi experiencia es un ejemplo de tantos que hay.

Mi nombre es Carmen, el año pasado terminé la diplomatura de Magisterio de Educación Primaria y éste es el tercer curso que participo en el llamado, como sabéis, Proyecto de Refuerzo Escolar en Familia con Voluntariado Universitario que  lleva a cabo el Área de Infancia y Adolescencia del Servicio Municipal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Murcia, en colabora con la Universidad de Murcia.

 Este proyecto lo conocí en segundo curso de carrera, a través de la charla informativa que las  profesionales del proyecto María José y Sari ofrecieron en las aulas del edificio Giner de los Ríos del Campus de Espinardo. En ese momento, yo estaba buscando hacer justamente este tipo de voluntariado, pero no sabía cómo ni dónde, por lo que tuve claro en ese momento que quería participar. Así, rellené el papel correspondiente con mis datos y pocos días después se pusieron en contacto conmigo para preparar el inicio del refuerzo que haría los viernes en el Centro Cultural de Javalí Nuevo.

 Comencé el primer curso con dos menores, un chico y una chica, ambos entonces de 13 años. El chico estaba desmotivado en el instituto y la chica era absentista, no asistía ya a clase. Durante ese año el chico se trasladó a vivir a Murcia y no pudo continuar conmigo, de manera que empezó a venir a clase otro menor de 6 años que necesitaba ayuda con la lectoescritura y poco más tarde otra chica de 16 años también absentista. En el segundo curso seguí el refuerzo ya solo con las dos chicas, hasta ahora, ya en  tercero de Secundaria.

 La relación con todos los menores ha sido muy buena. Recuerdo al chico de 13 años que solamente estuvo el primer curso, que el primer día de clase quería irse a los diez minutos poniendo mil excusas para salir de allí, y los demás días empezó a quedarse el último conmigo, haciéndome preguntas sobre lo que había aprendido y sobre qué íbamos a hacer al día siguiente, con ganas de descubrir más cosas. 
 Con las dos menores con las que sigo hasta ahora, por sus situaciones personales y por sus características de absentismo, ha sido necesario que me centrara en   trabajar contenidos que les  fueran útiles en su vida y otros que les motivasen y  despertaran la curiosidad por conocer y seguir aprendiendo. Para ello me ayudo de todo tipo de materiales y juegos que convierto en didácticos.  
Considero que si bien es importante apoyarles en su desarrollo académico, es fundamental el apoyo personal y emocional, puesto que he podido comprobar en muchas de las sesiones cómo pasaban de estar desmotivadas e inquietas a, después de dedicar un espacio de tiempo a que se expresen, hablen de lo que sienten, de lo que les preocupa o de lo que les gusta, de forma casi mágica se permiten a sí mismas disponer de espacio para seguir aprendiendo. 
Ahora, la relación personal con ellas es cada vez más fuerte, con más confianza  y más respeto mutuo si cabe que al inicio.

En cuanto a la relación con las profesionales quiero señalar la ayuda y el apoyo de la Profesional de Apoyo al  Voluntariado Sari, a quien le estoy muy agradecida, ya que a lo largo de estos tres años siempre ha estado ahí, sin fallar, para cualquier duda que he tenido o  para cualquier cosa que he necesitado, desde materiales hasta apoyo moral.
También quiero señalar la ayuda de Cati, la educadora social de Javalí Nuevo, quien hizo las presentaciones iniciales con los menores y quien se ha encargado de buscar durante los tres cursos un lugar adecuado para la realización del refuerzo, poniéndose en contacto conmigo para informarme con adelanto sobre cualquier novedad de las chicas.

Personalmente, participar en este proyecto me ha aportado muchos aprendizajes, así como el realizarme como maestra y como persona.

 Me quedo con la idea clara de que los menores, mucho antes que ser alumnos, son personas con necesidades por cubrir, acentuándose más esto debido a su contexto social desfavorecido, y que si esas necesidades no están cubiertas, para ellos aprender otras cosas se complica. Por lo tanto, tengo que actuar de acuerdo a esas necesidades primordialmente, porque, a pesar de todo, si se les da un espacio donde puedan Ser, con respeto, siempre hay un camino para ayudarles en su desarrollo.

Realmente admiro a todos los menores con los que he estado, por estar en situaciones complicadas y aún así seguir hacia delante de la mejor manera que saben y pueden, cosa que me hace valorar más aún todo. Por todo esto, doy las gracias a quienes hacen posible este proyecto.
Carmen Mª Franco Nicolás

 Testimonio comunicado en el Acto de Clausura. Curso 2010-2011

Cuando decidí participar en este proyecto que se lleva a cabo desde el Servicio Municipal de Servicios Sociales fué para apoyar a un niño.
Su idea era que le ayuden para poder ir al día siguiente con los deberes hechos. Mi intención era que entendiera realmente lo que estaba haciendo y porqué su "seño" se empeñaba  en que lo hiciese. Así es difícil que se entiendan los que son, en un principio, dos desconocidos.
                                               
Es bonito recordar y ver cómo ese proceso de entenderse, que no necesita más que de buenas intenciones,  va fluyendo con el paso de los momentos compartidos, de las experiencias. Lo que le da sentido, lo que lo provoca, el pretexto es vernos cada martes y jueves, en mi caso, para contestar unas preguntas en una libreta o leer y subrayar el tema de "cono" del que se examinará al día siguiente. Y sin darnos cuenta, se produce ese intercambio tan enriquecedorr que hace que vayamos con ilusión cada semana.
Gracias a ese pretexto, vamos, también sin darnos cuenta, elaborando unas cajas. Cada uno elabora una caja a la medida del otro(de forma más o menos consciente). esto tiene lugar durante el proceso de conocerse. Una vez que el uno le ha preparado la caja al otro, se produce el intercambio. Y a partir de ahí es donde va teniendo lugar esa recopilación de herramientas que iremos generando cada uno, dejando siempre hueco para las que vendrán.
La herramienta que más hueco ocupa en mi caja es la que me permite entender el lenguaje de ellos. La que me habla de sus necesidades. La que me ayuda a descifrar sus gestos, sus miradas.
La que más recambios ha necesitado es la de la motivación...¡Madre mía! Que gran fallo aquellos días en los que ésta se quedaba al fondo de la caja, debajo de otras menos útiles y necesarias.

Su caja también ha ido cogiendo peso a lo largo de los ratos. La de la concentración es la herramienta que más veces hemos tenido que llevar a reparar. Pero para eso estaba la otra caja. Se complementan. La de ponerme de los nervios también la usó alguna que otra vez, y juntos aprendimos a cómo dejar de usarla. La de hacernos reir el uno al otro es de nuestras preferidas y hemos dedicado pequeños momentos a perfeccionarla.
Había días que las circunstancias hacían que en lo más arriba de la caja estuvieran las herramientas más acertadas. Más necesarias. Más pertinentes. Y eran muchos los momentos en los que llegaba(más que a mi oídos y a mis ojos) a mi corazón, las palabras, gestos, miradas, en forma de ¡ahh!ahora sí...trae trae, que lo hago yo sólo, y que me hacían sentir la certeza de que el fruto ya había madurado y el sólo lo podía coger del árbol. Dediqué, con mucho gusto, largos ratos a decorar la herramienta que daba lugar a esa mirada, mi mirada preferida, provocada y precedida por un verdadero entendimiento.

Yo, por mi parte, sigo con mi caja, aún llena de huecos y consciente de que hay herramientas que se oxidan. Cada uno de nosotros y de nuestros "compis" tiene la suya. Mi deseo es que sea más accesible, que esté más extendido, que se sienta necesario y que se entienda que hay que aprender y enseñar a a hacer cajas, también en otros lugares, hasta el punto en que nuestro papel ya no sea necesario.

Mara Serrano Villahermosa





Paralelamente al avance de los medios de comunicación, nuestro mundo se ha ido convirtiendo en una verdadera “aldea global”; es necesario ir tomando conciencia  de que todos estamos implicados en el bienestar de la misma y que las esperadas soluciones y ayudas  no pueden provenir tan sólo de los gobiernos e instituciones públicas y privadas, pues hace falta también el apoyo del voluntariado activo, como forma de iniciativa individual y solidaria a los graves problemas que acucian nuestro tiempo.

El año pasado, estando en la universidad, dos personas pasaron por el aula en la que yo estaba dando clase. Daban la oportunidad a los estudiantes de participar  como voluntaria en el Proyecto de Refuerzo Escolar en Familia del Ayuntamiento de Murcia que tiene un convenio con la Universidad de Murcia.

Me llamó bastante la atención, yo estaba y estoy estudiando Magisterio Musical y lo que me estaban proponiendo me ofrecía la oportunidad de ayudar a un niño mediante algo para lo que yo estaba dedicando mi carrera, la educación. Era una forma de poner en práctica mis conocimientos y adquirir experiencia en este ámbito.

Mi primer año como voluntaria en el proyecto fue absolutamente genial, pero por motivos personales tuve que dejarlo en el segundo cuatrimestre. Fue ahí donde contacté con una amiga y le comenté en qué consistía el programa, le propuse quedarse con el niño que por entonces yo llevaba y pienso sinceramente que su aceptación fue algo que hasta el día de hoy ha cambiado satisfactoriamente la vida de ese niño.
Este año, cuando regresé al programa me hablaron de dos niños, dos adorables mellizos de 8 años. Estaba ansiosa por reanudar mi labor con el programa, por lo que Natalia y yo, fuimos inmediatamente a conocerlos.
 
El primer día que vi a Sergio y a Pablo, vi a dos niños muy extrovertidos, espontáneos, activos y ambos con mucho carácter. Me bastaron los primeros cinco minutos para ver que mi labor con ellos, además de reforzar sus aptitudes escolares, debía ser la de fomentar el compañerismo entre ellos.  Era un reto para mí, que estos dos hermanos con diferencias muy pronunciadas entre ambos, se respetasen y se apoyasen como debieran.

En un primer instante consulté con algunas personas en busca de ayuda y opinión para llevar a cabo mi tarea. En cuanto a reforzar contenidos escolares y aptitudes indagué mucho material que me proporcionase una fuente bastante amplia de actividades para realizar con ellos una vez acabadas las tareas escolares. En cuanto a  promover valores y actitudes realicé un guión sobre dinámicas y actividades que pudiera realizar con ellos para que reflexionasen antes de finalizar la sesión.

A medida que iban transcurriendo las semanas la relación con los chicos se iba estrechando, y las sesiones iban marcando una rutina (elaborada entre los tres): empezábamos siempre realizando las tareas que les mandaban en el colegio, después hacíamos actividades para reforzar aptitudes (dictados, ejercicios  matemáticos, lecturas…) y por último terminábamos o con un juego o con una tertulia sobre un tema que yo introducía desde textos o experiencias de vida, o simplemente pintando un dibujo con tema libre.

Logramos crear una atmósfera muy agradable en la que intenté fomentar la cooperación entre los tres, haciendo ver que los tres formábamos parte de un todo, éramos imprescindibles, si uno no participaba en una actividad el resultado no sería tan satisfactorio, todos teníamos voz y voto en las tareas que hacíamos.
Al margen de mi experiencia individual, me gustaría hablar de las dos salidas que organizó el proyecto y que la mayoría de voluntarios acudieron con sus niños. ¿Recordáis? La primera fue a Elche; fue muy divertido, tanto para los niños/as como para nosotros los mayores. Patinamos sobre hielo, fuimos a una granja donde montamos en lancha, escalamos una pared de rocódromo y vimos muchísimos animales. En la segunda fuimos al Acuario y al Museo del Agua, no puedo decir otra palabra que no sea IMPRESIONANTE. En el acuario vimos muchos animales que no habíamos visto nunca, a cada cual más raro, sin hablar de los tiburones, que encandilaron a la mayoría de niños. En el Museo del Agua fuimos directamente al Planetario, también muy interesante. Las dos salidas tenían como fin, además de aprender de una forma más divertida, fomentar relaciones sociales entre los niños y los voluntarios.  Debo decir que fue una experiencia  muy satisfactoria; conocimos a muchas personas con las que podíamos tener muchas cosas en común.

Me gustaría terminar con una frase: “Si quieres aprender, enseña” (de Marco Tulio Cicerón). Con ella quiero hacer referencia al hecho de que nosotros, los voluntarios que participamos en este proyecto, no sólo ayudamos a los niños enseñándoles conocimientos para que vayan bien en el colegio, sino que nosotros mismo aprendemos de ellos; nos enfrentamos ante situaciones en las que la paciencia debe reinar por encima de todo, nos cuestionamos qué actividades vamos a realizar, reflexionamos sobre el cómo vamos a hacerlo, buscamos información, textos, material que nos pueden ser útil, y sobre todo conocemos y aprendemos a comprender a esas “personitas” que en algunos casos no son escuchadas  por el resto de personas que hay  su alrededor....Todo esto hace que este voluntariado no sea una tarea fácil pero si muy enriquecedora y satisfactoria.

Animo a todas las personas con estas inquietudes a participar en este programa. No creo que seamos conscientes al cien por cien de la felicidad que repartimos y que recogemos, de los momentos que pasamos con esos niños que están deseando que vayamos, no para hacer los deberes, sino para pasar ese rato con nosotros y cuando estás recogiendo para irte, te dicen: ¿te vas ya? 
Hay cosas que no se pueden pagar con dinero...creo que por eso existe este voluntariado.
Ana María Cava López
 







Buenas a todos y a todas!!
Despues de un par de años como voluntario en este proyecto, solo tengo palabras de agradecimiento a todo a lo que este rodea. desde el apoyo de las tecnicos, hasta el trabajo y esfuerzo realizado por las chicas y chicos con los que he tenido la fortuna de trabajar.
Pero sobre todo, me quedo con la sensacion del poder ayudar a estos chicos y chicas que de cierta forma, y debido a las diversas situaciones sociofamiliares en las que se encuentran, nos necesitan.
no se si este año, debido al poco tiempo que me deja la carrera, podre dedicarme al igual que los años anteriores al proyecto.
Por eso animo a todos los que lean todo esto, a que se involucren y que se animen a participar, ya que la recompensa, sin duda, es meramente gratificante.
Un saludo!! M.L.M