El martes 10 de marzo, realizamos la primera salida conjunta de convivencia. Una experiencia siempre gratificante tanto para los niños/as como para los voluntarios. Esta actividad permite romper con la rutina y reforzar el vínculo que existe entre voluntarios - niño/a. Además para los niños/as es una actividad muy motivadora al ver por primera vez que son muchos los participantes en el proyecto, conocen a otros niño/as y han disfrutado de ver una película en la gran pantalla, para muchos de ellos su primera experiencia.
La película es un retrato de la vida rural japonesa en los años cincuenta. Un profesor universitario se traslada junto a sus dos
hijas a una casa cerca de un bosque mientras su mujer se recupera de tuberculosis en un sanatorio rural. Sus hijas descubren la existencia de los
"duendecitos de polvo", de este modo aprenden que hay seres que no
todos pueden ver, como los espíritus del bosque, que solamente pueden ser
vistos por aquellos de corazón puro. Mei, de cinco años de edad, resulta
fascinada al encontrar dos pequeños espíritus y se determina a encontrar al rey
del bosque, Totoro.
En esta película el director indaga con gran sensibilidad y compasión en
los misterios, no siempre luminosos que rodean la más esencial de nuestras
etapas vitales, la que algunos definen como la verdadera patria del hombre.
Miyazaki observa a la niñez como el paradigma de libertad absoluta, entendida
no sólo desde un concepto físico y social, sino sobre todo desde un plano
netamente imaginativo o, incluso, espiritual. Los niños como poseedores únicos
y exclusivos del mundo tal como es, incluidos todos sus secretos, espíritus y
dioses.
Pero la niñez no está exenta de oscuridad, consecuencia de lejanía o
enfermedad de una madre, o de un cambio de residencia, traumas que las niñas
intentan superar con la ayuda de un padre bondadoso y, sobre todo, de una
naturaleza exhuberante, la verdadera protagonista de la película, capaz de
refugiar a Satsuke y Mei, de divertirlas, de subyugarlas, de darles ilusión.
En cierto sentido, Totoro es una metáfora, un símbolo y una parábola al
mismo tiempo. Representación de las necesidades y los anhelos más profundos de
las dos niñas, fuerza liberadora de su aprendizaje emocional.
"Un relato hipnótico con un pie en la realidad y el otro en la más
desbordante imaginación (...) Un cuento maravilloso (...)
Alberto Bermejo:
Diario El Mundo
Ahora os dejo algunas imágenes de la tarde. Y vuelvo a dar las gracias a todos los voluntarios por vuestra asistencia y disponibilidad:
- Llegando a la filmoteca:
- Preparados para ver la película:
-Despedidade la actividad:
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